Barcelona y Málaga empataron ayer en el Camp Nou gracias a un postrero gol de Camacho que puso la igualada y llenó de intriga y emoción el partido de vuelta de los cuartos de final de la Copa, con todo por decidir en La Rosaleda.
Solo cinco minutos de juego de la primera parte pusieron el partido patas arriba y acabaron con un ritmo muy monótono de juego, que no volvió a romperse hasta que Camacho remató en el minuto 89 para igualar el choque, y jugando con uno menos. Por lo demás, como de costumbre, balón para el Barça y ritmo pausado.
No obstante, del 25 al 30 se rompieron todos los guiones cuando el cuadro visitante se adelantó al aprovechar Iturra una complicada cesión de Pinto a Thiago, que no le vio venir, le robó la cartera y batió al portero gaditano.
La reacción ‘culé’ no se hizo esperar y, a los dos minutos, empató Messi en una jugada en la que no dio por perdido el balón y se fue de todos para batir a Kameni por su palo largo tras retarle con la mirada. Al instante, Puyol dio la vuelta al marcador con un golazo de cabeza a la salida de un córner.
No fue un partido tan vistoso como el de Liga del pasado domingo, donde el Barça dio un recital de juego, sobre todo en la segunda parte. Más allá de los cinco minutos locos de la primera mitad, el Barça tuvo el control del balón y llevó el ritmo del partido. Algún susto como el que propició el gol del Málaga se repitió sin que se transformara en otro gol, pero el tono general fue de dominio local y también con superioridad, intentando correr con Tello y Alexis por la banda y Messi haciendo de las suyas por el centro.
No obstante, este partido lo recordará Alexis. El chileno atraviesa una crisis de confianza que le lleva a fallar goles cantados que, de no ser así, harían de él un jugador clave para este equipo. No obstante, pese a la tranquilidad que le brinda Vilanova al apoyarle, falló dos ocasiones muy claras.
El Camp Nou le aplaudió primero y acalló algún silbido después con una ovación, pero se fue al banquillo sin poder quitarse la ‘espinita’. Y es que ocasiones no hubo muchas y Kameni no tuvo mucho más trabajo.
No llegó ese gol pese a los cambios que realizó Manuel Pellegrini, un poco conservadores, y que, con la expulsión de Monreal al detener una contra de Pedro, cambió la táctica. Fue entonces cuando llegó el empate con el que se vivirá, la próxima semana, una noche mágica en la capital de la Costa del Sol, mientras que los hombres de Tito Vilanova saben que dependen de ellos y esperan seguir defendiendo la corona ante Real Madrid o Valencia, de momento con más números de que el rival sean los blancos.
Messi: «No podemos relajarnos».- El azulgrana Leo Messi aseguró ayer que no será hasta que se retire en un futuro cuando pueda darse cuenta y ser consciente de lo que ya ha hecho en el fútbol, con cuatro Balones de Oro y con tan solo 25 años. «Al Barcelona la gente lo va a recordar cuando ya no esté más. Ahí se le va a dar muchísima más importancia, y lo mismo pasará conmigo», manifestó. El argentino quiere seguir con su carrera y ampliar su palmarés colectivo, más allá de los premios individuales. Ahora, tiene en el horizonte cerrar esta temporada mejor que la anterior, y parece que la Liga está al alcance. «Depende de nosotros, pero no podemos relajarnos. Ya sabemos lo que es el Atlético, y al Real Madrid nunca lo puedes dar por muerto porque pelea hasta el final», sentenció.
