El Real Madrid consiguió una cómoda victoria ante el Granada para mantenerse como líder de la competición con 10 partidos ganados en 10 jornadas disputadas.
Los de Ettore Messina comenzaron desde el inicio con Felipe Reyes de titular, que debutaba en la competición después de superar su lesión.
Seis minutos y medio tardó el conjunto blanco en ponerse por delante en el marcador, siguiendo su costumbre de comenzar los partidos con una defensa floja y con falta de fluidez en el ataque.
El cuadro visitante, pese a perder momentáneamente a Pablo Aguilar, producto de la cantera madridista, por dos personales en minuto y medio, puso casta en defensa y puntos en el Palacio de Vistalegre de la mano de un Hendrix muy enchufado.
Hunter, bien defendido, no fue el cazador letal de siempre, pero Hendrix cogió el relevo. Solo una canasta de Kaukenas y un triple de Lavrinovic en los últimos cinco segundos permitieron al sólido líder de la competición marcharse al vestuario con una ventaja engañosa, 25-20.
Tras el paso por los vestuarios, pareció que el Real Madrid mataba el partido con ventajas que superaron los 10 puntos, pero una defensa en zona del equipo andaluz fue suficiente para volver a meter el marcador en una franja estrecha de puntos.
Pese a todo, el bloque local ganó el parcial por 18-17 y se fue al descanso con seis puntos de renta. Enfrente, el Granada volvió a la misma táctica, aguantar los primeros minutos y pasar a la zona defensiva, pero dos buenas acciones de Llull sacaron al Real Madrid y a los aficionados del sopor en el que se estaban sumiendo.
Los 16 puntos de ventaja al término del tercer cuarto, 68-52, dieron al líder la tranquilidad necesaria para conseguir la décima victoria consecutiva sin pasar apuros y para que Ettore Messina pudiera experimentar con Vidal como base algunos minutos.
