El Real Madrid dejó ayer prácticamente solventada la eliminatoria de los cuartos de final de la Champions tras golear a domicilio al Apoel de Nicosia, en un resultado algo abultado para los méritos de los madridistas, cuyos tantos se concentraron en el último cuarto de hora de juego.
El equipo de José Mourinho defraudó a las expectativas, no por el resultado, que analizando el rival contra el que se ha logrado se antoja definitivo de cara al pase de las semifinales, sino por la apatía y la estaticidad que mostró durante buena parte del encuentro.
Primero fue Cristiano desde fuera del área, luego Benzema desde la frontal y acto seguido Özil el que probó al meta chipriota conectando una volea en una posición cercana al punto de penalti. El conjunto blanco no supo perforar la maraña táctica dispuesta por Jovanovic, en un planteamiento que dejó a modo de ‘náufrago’ a Ailton en punta de ataque.
En torno a la media hora de juego, Sahin metió un balón vertical para Cristiano, que, de primeras, conectó un disparo que puso en serios aprietos a Chiotis. Más allá de las acciones aisladas de los visitantes, su juego seguía siendo deslavazado y falto de la velocidad suficiente como para penetrar en una defensa con 10 hombres.
Poco después, Cristiano Ronaldo agarró un balón y se fue zafando de rivales hasta que encontró un hueco por el que se adentraba Sahin, que al primer toque sirvió en bandeja de plata un gol a Benzema, que sin ser acosado por ningún rival y a escasos dos metros de la línea de gol, mandó el balón fuera incomprensiblemente.
A raíz de las oportunidades ‘merengues’, los de Mourinho se sacaron la presión de encima y comenzaron a tocar la pelota con un cierto criterio a un ritmo vertiginoso, atacando con todos los efectivos posibles, muy del gusto de futbolistas tan verticales como Cristiano o Higuaín. Si bien, el duelo se marchó al descanso con las tablas iniciales.
El paso por vestuarios no introdujo novedad alguna al césped, con los chipriotas atrincherados en su área y los madridistas con el monopolio del esférico pero sin mordiente.
Cuando el partido decaía en ritmo, el técnico luso dio entrada a Kaká y a Marcelo. Precisamente fueron los dos brasileños los que se aliaron para que Kaká mandase un centro medido al corazón del área de Chiotis, donde apareció Benzema para, en plancha, materializar con la testa el primer gol del encuentro.
Acto seguido, Cristiano pudo acrecentar la cuenta, de no ser por la buena actuación de Chiotis. Lejos de apagar los escasos ánimos mostrados hasta entonces por los blancos, el tanto espoleó a los españoles, con Marcelo haciendo ‘diabluras’ por la banda izquierda.
En los momentos de esparcimiento del ‘12’ blanco, éste le regaló un gol a Kaká, que solo tuvo que poner la bota para empujar a las mallas rivales el tanto con el que los de Concha Espina sentenciaran la eliminatoria.
Antes del pitido final, Benzema cerró la cuenta tras mandar mansamente a la red de Chiotis un magistral balón que le brindó Özil. Una cuenta visitante en cuyo haber está el pase virtual a las semifinales de la Copa de Europa y en cuyo debe se podría adjuntar la falta de calidad mostrada en el partido ante un rival que se limitó a defender.
Otro resultado
Benfica – Chelsea 0 -1
