El Real Madrid cosechó ayer su tercera derrota del presente curso en la Liga tras sucumbir en su visita al Athletic de Bilbao por 1-0, merced a un tempranero gol de Fernando Llorente.
El conjunto blanco no perdía en el campeonato doméstico de la regularidad desde el ‘clásico’ del pasado mes de diciembre.
Los ‘merengues’, fríos en la primera mitad, reaccionaron en la segunda. Sin embargo, el guardameta Gorka Iraizoz hizo el partido de su vida; Cristiano Ronaldo puede confirmarlo.
En los 45 minutos iniciales, el bloque dirigido por Manuel Pellegrini estrechó los caminos para buscar el tanto. La baja de Gonzalo Higuaín dejó claro que los espacios que provoca el argentino resultan eficaces. Además, evidenció la mala racha del francés Karim Benzema, que se chocó con el poste en la ocasión más clara que consiguió generar.
El Athletic salió a morder como mandan los cánones cada vez que recibe a tan ilustre visitante. De hecho, se adelantó pronto.
Un testarazo de su mejor jugador, el internacional español Fernando Llorente, sirvió para desequilibrar la balanza.
El ariete hizo bueno el córner sacado por Yeste y rubricó el 1-0 cuando apenas se habían visto los recursos del conjunto adversario. Para entonces, los de Joaquín Caparrós ya sumaban dos palos.
De cualquier modo, los vascos se fueron diluyendo a medida que avanzó el primer acto. Xabi Alonso comenzó a ejercer de líder en el centro del campo y apagó la figura de ‘Lass’ Diarra, algo desorientado en la construcción. El tolosarra aportó sencillez, algo distinto a la individualidad errónea de Kaká.
El brasileño no acaba de arrancar, y piensa equivocadamente en demasiadas ocasiones. Esta circunstancia la aprovechó el conjunto local para hacer daño por ambos costados gracias a las pérdidas blancas. Buscaron el protagonismo Javi Martínez y Gaizka Toquero, pero no consiguieron aumentar la renta.
En los segundos 45 minutos, el Athletic adoptó una única postura, la de resguardarse. Afortunadamente para los ‘leones’, el arquero Iraizoz estuvo soberbio.
El bloque ‘merengue’ fue inevitablemente mejor -por el simple hecho de tener el balón- a partir del descanso, aunque se encontró con una maraña de piernas en sus numerosos disparos lejanos.
En esa función destacó Cristiano Ronaldo, peligroso dentro de su estado gris; siempre se topó con la pegajosa defensa anfitriona.
Tampoco iluminó el camino Esteban Granero, que contó con apenas 20 minutos, y ni siquiera el voluntarioso Raúl anotó.
El eterno capitán saltó al césped como último recurso y dejó algún detalle que incluso pudo significar la igualada, pese a que, al final, ésta no llegó.
En definitiva, ningún jugador del Real Madrid halló la receta para marcar, y ganó el Athletic.
