Con los dirigentes del club callados y con José Mourinho enfrentado a sus principales futbolistas, el Real Madrid busca un líder para encarar la final de la Copa del Rey, única opción que le queda para dignificar la temporada.
El equipo asiste a la previa del partido contra el Atlético en una especie de calma tensa, con todos los estamentos del club procurando no dar un mal paso que desate la ira del técnico.
Pero la situación de tensión generada por el portugués es tal que cualquier asunto provoca debates. Por ejemplo, la fotografía del plantel comiendo en un restaurante sin la presencia del entrenador, publicada el pasado martes en las redes sociales de algunos jugadores.
«Disfrutando de una buena comida con mis compañeros y cogiendo fuerzas para la final del viernes. Vamos..!!», escribió Sergio Ramos junto a una imagen en la que aparece junto con Casillas, Pepe, Coentrao, Cristiano e Higuaín. No están en la foto, pero sí en el restaurante, el resto de jugadores.
El acto generó diversas opiniones. Unos lo entendieron como un desafío al luso y otros advirtieron que se trata de una reunión tradicional en la historia del club ante momentos excepcionales. Pero lo que nadie puede ocultar es que este Real Madrid no tiene ahora mismo un líder claro.
En otros tiempos, Florentino Pérez acudía solícito a enviar mensajes de arenga, pero hace tiempo que el mandatario blanco renunció a los focos. Tomó la decisión de no aparecer ante los medios hace cuatro años, cuando inició su segunda etapa al frente del club.
Tampoco es Mourinho ningún líder en estos momentos después de los rumores sobre su posible marcha. Su popularidad ha alcanzado mínimos históricos entre la hinchada, que ha pasado de la idolatría al repudio en unas pocas semanas. Y las pocas veces que habla solo genera incendios por sus guerras personales.
Por galones, el siguiente líder debería ser Íker Casillas, pero el técnico lo excluyó del once titular, por lo que no sirve como líder en una final de la Copa del rey en la que volverá a ser suplente. En la misma situación están otros veteranos como Pepe o Marcelo.
De tal forma que al Real Madrid solo le quedan dos futbolistas capaces de asumir el liderazgo en tiempos en los que se habla de «autogestión» en el vestuario blanco. Son Sergio Ramos y Cristiano Ronaldo, ambos también enemistados con el de Setubal, pero con demasiado peso deportivo como para prescindir de ellos.
En ausencia del meta, Ramos asumió la capitanía y hasta propició el acercamiento entre Casillas y Cristiano, separados tiempo atrás. Pero el defensa acaba de salir de una lesión muscular y ayer comenzó a entrenarse con el resto de sus compañeros. Nadie sabe en qué estado se encontrará para mañana.
Y queda Cristiano, un futbolista que en este año ha evidenciando claros progresos en su relación con la afición, aunque todavía parece permaner a la sombra en cuanto a peso específico, principalmente por veteranía.
«Florentino Pérez se muestra preocupado por el efecto que pueda tener la final de Copa en la percepción que los socios tengan de su mandato ante las elecciones de julio. El presidente sabe que su suerte ya no depende de la gestión de Mourinho. Su apuesta final es por los jugadores», aseguró ayer el diario El País.
La situación del Real Madrid contrasta con la que vive el Atlético, agarrado a la figura de Diego Simeone. No solo eso, sino que su público cuenta con referentes como Diego Costa, Turan o hasta un Falcao a quien nadie se atreve a abuchear a pesar de los rumores que lo sitúan fuera del equipo. Aunque nadie sabe si eso será suficiente para romper con la racha de 14 años sin ganar a su vecino.
