El Real Madrid superó ayer con éxito los efectos del denominado ‘virus FIFA’ al batir al Celta de Vigo, gracias a los goles de Gonzalo Higuaín y Cristiano Ronaldo. El Celta, por su lado, alimentó su pobre racha como visitante.
José Mourinho tuvo que armar un rompecabezas para definir el once inicial, después del receso internacional, ante las lesiones de los laterales Marcelo, Fabio Coentrao, Álvaro Arbeloa y del centrocampista Sami Khedira. Para paliar las bajas en la zaga, el portugués reubicó a Sergio Ramos en la banda derecha de la defensa, improvisó con Michael Essien como lateral izquierdo y plantó una medular de toque con Kaká, Mesut Özil y Luka Modric acompañando a Xabi Alonso.
Este sistema de ‘fantasía’ pronto le reportó resultados al equipo de Concha Espina. El primer aviso llegó a través de un remate de cabeza de Ronaldo a la salida de un córner. Del susto, el Real Madrid pasó pronto al zarpazo por medio de Higuaín. El argentino sorprendió a Sergio con un centro chut que se coló en la red rozando el larguero. Volvió a sonreír el ‘Pipita’ en el Bernabéu, que reaccionó con una gran ovación en lo que parecía una reconciliación.
El once visitante no consiguió reaccionar y sufrió la tensión de su rival. Modric dispuso de una gran oportunidad, pero su disparo se perdió por la línea de fondo. De igual modo que un remate de cabeza del ‘crack’ portugués, tras un gran centro de Higuaín.
Por su parte, los gallegos quisieron demostrar que no habían venido a ver ganar a su rival y tuvieron su primera ocasión a los 25 minutos de juego con un disparo cruzado de Iago Aspas, que salvó Íker Casillas. En la otra portería, Cristiano dispuso de otra antes del descanso, que repelió el larguero.
Tras el descanso, Mourinho buscó más intensidad a través de Di María, que sustituyó a Kaká, mientras que Paco Herrera echó el resto y cambió a Bustos por el delantero Bermejo, retrasando la posición de Aspas, que sería sustituido posteriormente por el mediático Park. Mientras, el ariete luso del Madrid las tuvo de todos los colores y se desquició por sus fallos.
Sin embargo, tanto ímpetu acabó teniendo premio. Un claro penalti de Cabral sobre Özil fue ejecutado a la perfección por el astro, que engañó a Sergio. Callejón sustituyó al alemán, y el canterano dejó acciones para el recuerdo, como un gran control en el área rival, que apunto estuvo de convertir en gol. Benzema pudo poner la guinda al encuentro en el descuento, pero su gol fue anulado.
Una victoria corta y sin brillo, pero que ayuda a Mourinho a recomponer su ego tras las bajas provocadas por el ‘virus FIFA’. Ahora, el Real Madrid ya mira al Borussia Dortmund, que ayer sucumbió (1-2) en su estadio ante el Schalke 04, al que visitará el próximo miércoles en la tercera jornada de la ‘Champions’.
