dpa / madrid
El Real Madrid se despidió ayer de la Liga con una victoria sobre el Espanyol y ya puede centrar su cabeza en la final de la Champions que se disputará en Lisboa el próximo sábado ante el Atleti, campeón del torneo doméstico.
El equipo dirigido por el italiano Carlo Ancelotti cerró su participación en el campeonato nacional en una última jornada a la que acudió sin oportunidades ya de pelear por el título. A pesar de ello, el conjunto blanco rompió una racha de tres partidos consecutivos sin triunfos, pero ya era demasiado tarde para aspirar a un alirón que se iban a disputar Atlético y Barcelona.
El bloque ‘merengue’ se impuso gracias a los goles del galés Gareth Bale y al ‘doblete’ de Álvaro Morata, mientras que el Espanyol acortó distancias con un tanto de Pizzi, que no sirvió a los ‘pericos’ para regalar una victoria a su entrenador, Javier Aguirre, que el pasado viernes anunció el fin de su etapa en la escuadra de la Ciudad Condal.
El «Vasco» logró una salvación que se antojaba inimaginable en la temporada anterior, pero, en la actual, no supo mantener el ritmo de la muy buena primera mitad del campeonato nacional, y se quedó sin un lugar entre los ‘elegidos’ para disputar los torneos europeos.
El conjunto de Concha Espina arriesgó, quizá demasiado, con algunos jugadores y, por lo tanto, disfrutó a medias la victoria, por la preocupación sobre los futbolistas que se resintieron de diversas dolencias musculares. Así, Cristiano Ronaldo, que iba a jugar desde el inicio con el objetivo de arrebatarle la Bota de Oro al uruguayo Luis Suárez, del Liverpool, se retiró en el calentamiento previo al enfrentamiento por molestias en el muslo de la pierna izquierda. De hecho, el luso vio el partido desde la grada, con la mente puesta en la final europea.
Asimismo, el delantero Karim Benzema sufrió un pinchazo en el abductor del muslo izquierdo en la asistencia que regaló a Bale en el primer gol de los blancos y tuvo que abandonar el choque con claros signos de dolor.
El partido fue absolutamente anecdótico: apenas sirvió para que el ‘Expreso de Cardiff’ diera una nueva muestra de su calidad en la definición, para que Raphael Varane se afianzase como compañero de Sergio Ramos en la zaga y para que Íker Casillas volviese a jugar en Liga en el Bernabéu después de 17 meses.
El equipo de Ancelotti dispondrá ahora de una semana sin distracciones para centrarse de lleno en el sueño de la ‘Décima’. El principal foco de atención estará puesto en el estado físico de los futbolistas blancos. Por el momento, Pepe está casi descartado para la final ante el Atlético y habrá que esperar la evolución de Cristiano y Benzema.
