El juicio contra el anterior presidente de Egipto, Mohamed Mursi, y otros siete líderes del movimiento islamista Hermanos Musulmanes por la muerte y la tortura de manifestantes en diciembre de 2012 comenzará el próximo 4 de noviembre, según informaron ayer fuentes judiciales.
Mursi, que fue desalojado del poder por un golpe de Estado militar el pasado 3 de julio, y otros siete altos cargos de la formación están acusados de ordenar los crímenes contra los congregados en el exterior del Palacio Presidencial de El Cairo el 5 de diciembre de 2012, entre los que murieron 10 personas que protestaban contra el decreto que ampliaba los poderes del entonces jefe del Ejecutivo.
Por otro lado, el Gobierno de El Cairo adelantó que la prohibición de los Hermanos Musulmanes como organización civil es «cuestión de horas», una vez que expire el plazo legal para que el movimiento islamista recurra la decisión judicial de disolverlo.
Mientras, por primera vez, el jefe del Ejército egipcio, Abdel-Fatah al Sisi, no descartó presentarse como candidato en las elecciones a la Presidencia, que, previsiblemente, se celebrarán la próxima primavera.
Al ser preguntado sobre si concurrirá a las urnas si el pueblo se lo pide, el también ministro de Defensa respondió: «Creo que no es el momento para plantear esa cuestión, porque nuestro país tiene que enfrentar muchos desafíos y peligros».
Hasta ahora, la cúpula militar que gobierna la nación había negado tener ambiciones políticas. Eso sí, Al Sisi, uno de los miembros del Gabinete más conservadores, cuenta con muchas simpatías entre los detractores de Mursi y, desde hace varios días, existe en Egipto una campaña para convencerle de que presente su candidatura.
