El joven matador de toros malagueño de veinte años de edad, fue el invitado especial de la 228 Tertulia taurina de Segovia que como es habitual, se celebró en la sede de la misma, mesón Patricia con importante asistencia de aficionados. Este nuevo valor de la torería afincado en Salamanca, en casa del también matador de toros salmantino Julián Guerra, quién junto a la casa Chopera asume funciones de apoderamiento del torero, fue novedad relevante la pasada temporada taurina por las dos connotaciones apuntadas: alternativa en Bilbao y firma de poderes con los hermanos Oscar y Pablo Martínez (Choperas). Nos cuenta diferentes cuestiones.
“Soy hijo de toreros. Mi padre fue novillero y ahora es banderillero y empresario taurino, organizando festejos por la zona de Málaga. Mi madre, Mari Fortes, fue novillero y tuvo momentos interesantes en su tiempo. De esa manera y viviendo a diario momentos intensos referidos al mundo del toro, casi por obligación tenía que ser torero. Estuve en la escuela taurina de Málaga desde donde partí hacia otros rumbos. Con referencia a la pasada temporada, la de mi despegue definitivo, hay que señalar la actuación en Las Ventas actuando junto a vuestro paisano Víctor Barrio, sufriendo una cornada pero dejando grata impresión entre la entendida afición madrileña y la crítica taurina. Sumé trece novilladas con éxitos y actuaciones dispares. Por méritos propios y por iniciativa de quienes tenían poder de decisión, tomé la alternativa en Bilbao el 24 de agosto con toros de Zalduendo y con El Juli de padrino y Alejandro talavante de testigo. Después sumé cinco corridas más, en todas ellas con salida en hombros, destacando sobre todo las de Almería y Salamanca. Esa trayectoria y algunas actuaciones previas como novillero, indujeron a la casa Chopera para ofrecerme apoderamiento, cosa que acepté con gusto y aquí estamos dispuestos a cumplir con las expectativas”.
Sobre la tarde de Almería, significó mucho para mí. Alternaba con dos figurones del toreo, El Juli y Manzanares. Ambos habían cortado orejas a sus respectivos toros, y yo, dos orejas al primero, pero deseaba igualar el bagaje de ambos, así que salí dispuesto a conseguir el éxito total. La cuestión quedó en otra oreja que junto a las dos conseguidas del primero, me permitieron salir en hombros junto a mis compañeros de terna. “A mí, como torero me gusta más el encaste Santa Coloma que el Domecq. El toro de Santa Coloma cuando embiste bien, te permite desarrollar un toreo de mayor cuajo y hondura. De todas formas, lo de los encastes tiene un significado relativo. Hay toros buenos y toros malos, ni más ni menos. Lo de Victorino me encanta, lo de Domecq tiene mayor regularidad”.
“Sobre Victor Barrio -afirma- me parece un torero muy interesante que ha ilusionado a mucha gente y al que veo capaz de afrontar la alterntiva con enorme garantía de éxito. Espero y deseo poder compartir muchos carteles con él y que algunos de esos carteles sean en plazas segovianas. Por cierto, como novillero sin caballos toreé en una plaza segoviana que ahora no recuerdo cual fue. Como novillero con picadores, actué en La Granja en 2009 junto a El Nico y Nino Casquinha con novillos de Juan Pedro Domecq”.
Fortes finalizó su intervención diciendo: “A partir del próximo año tengo mayor responsabilidad que asumo con enorme ilusión y creo que gran preparación. Entreno todos los días y prácticamente empleo todo el tiempo a la preparación que exige la profesión de torero. Según me comentan mis apoderados, voy a torear en algunas ferias y en buenos carteles para intentar sumar corridas y triunfos que son los que acreditan al torero. He de significar mi profundo agradecimiento a mi amigo y también apoderado Julián Guerra en cuya casa vivo desde hace dos años y medio”.
El coloquio profundizó en temas muy controvertidos, pero con un grato y distendido ambiente que abarcó al momento actual de la fiesta de toros fundamentalmente. Se brindó con cava por el permanente recuerdo de dos contertulios que por estas fechas nos dejaron, Antonino Sanz y Cándido López-Chaves.
A Seúl Jiménez Fortes le acompañó a esta convocatoria segoviana su peón de confianza, el torero de plata José Luis Zuri. Le fue entregado el habitual óleo de Lope Tablada, una excelsa obra pictórica simbolizando al torero en un genuflezo trincherazo.
