Los yihadistas continúan con paso firme en su conquista de Irak y, después de que el pasado martes se hicieran con el control de la ciudad norteña de Mosul -la segunda urbe más grande del país-, donde obligaron a más de medio millón de personas a huir de la zona, ayer avanzaron hasta Tikrit, la localidad natal del expresidente Sadam Husein, situada en el centro del país y a apenas 175 kilómetros de Bagdad, y donde, al cierre de esta edición, se estaban produciendo intensos combates.
Según una fuente policial, «grandes grupos de terroristas» entraron en la ciudad «desde cuatro puntos». Algunos lo hicieron desde el sur, procedentes de Ouja, otros desde el este, varios desde el autopista por el oeste y otros desde el norte provenientes de Baiji, la localidad en la que también se confirmó la presencia del ISIS.
En Tikrit, los radicales quemaron la sede del consejo provincial de Salahudin y prendieron fuego a cuatro comisarías, así como se hicieron con el control del departamento de artificieros, la Academia de Policía y una prisión, de la que liberaron a unos 300 reclusos.
Además, mientras un grupo de milicianos combatían, otros continuaron su camino hacia el sur, avanzando hacia Bagdad.
Por su lado, las tropas del Gobierno iraquí aseguraron haber recuperado el control de la estratégica ciudad de Biyi, a solo 200 kilómetros al norte de la capital y de importancia clave, porque allí se encuentra una refinería de petróleo y la central de electricidad que abastece a la zona centro del país.
La información, que no pudo ser verificada de forma independiente, se conocía horas después de que un funcionario de la seguridad asegurase que los insurgentes del ISIS incendiaron el edificio de un tribunal y una comisaría de la policía en el centro de Biyi.
Allí, los extremistas se habrían incautado de armas de los efectivos militares, agregó el informante.
Mientras, en Mosul prevalece una relativa calma. Las tiendas reabrieron y también las estaciones de servicios, después de que los radicales pidieran a los residentes que continuaran con su vida, según afirmaron varios testigos. «No se han oído disparos de las fuerzas de seguridad», señaló un residente de la urbe tomada. «Los elementos del ISIS patrullan la ciudad en vehículos llevando los estandartes de la organización», añadió.
brigadas de paz. Por su parte, el influyente clérigo chiita Muktada al Sader llamó a su seguidores a formar «brigadas de paz» para defender santuarios, mezquitas e iglesias contra los combatientes del ISIS, en coordinación con el gobierno iraquí.
La cúpula de Bagdad anunció su intención de unir fuerzas con el Gobierno regional kurdo del norte del país en un acto casi inédito, ya que ambos bandos son enemigos consagrados.
En este sentido, los ministros de Exteriores de la Liga Árabe y la Unión Europea manifestaron su preocupación por la evolución de la situación en Irak y pidieron que todas las fuerzas democráticas dentro del país trabajen juntas para superar la crisis, pidiendo la cooperación de Bagdad y el gobierno regional kurdo.
Mientas tanto, hoy el Parlamento iraquí debatirá sobre el pedido del primer ministro, Nuri al Maliki, de decretar el estado de emergencia. Con ello, el polémico jefe de gobierno tendría más atribuciones para atacar a los rebeldes sunitas. Muchos sunitas iraquíes se sienten, sin embargo, discriminados por el Gobierno chiita.
