El Hospital General vive días grises, llenos de tristeza y preocupación. Son días en los que se suceden las despedidas entre compañeros, que en muchos casos y a fuerza de vivir juntos décadas de trabajo han pasado a ser familia; son días para decir adiós a maestros de la medicina segoviana y, a pesar de esto, también son días en los que se deja sentir la fría ingratitud de la Administración con quienes en gran parte han sostenido el funcionamiento del hospital que nació en 1974 con el nombre de “Residencia Sanitaria de la Seguridad Social Licinio de la Fuente”.
Algunos de los ‘padres del hospital’ tienen que jubilarse siguiendo la aplicación del “Plan de Ordenación de Recursos Humanos en materia de prolongación de la permanencia en el servicio activo y prórroga del servicio activo” de la Consejería de Sanidad. Este plan de jubilación origina el éxodo de médicos más importante por cantidad y calidad que ha vivido el hospital segoviano.
Los datos facilitados por la Consejería de Sanidad muestran que un total de 31 médicos del Complejo Asistencial de Segovia —Hospital General— se jubilan en 2013 bien porque cumplen este año los 65 años, edad de jubilación, o bien porque están ya en una prórroga de su vida laboral y este proceso se ha cancelado por la nueva normativa de la Administración. Hay también diez facultativos de Atención Primaria en esta situación y ocho trabajadores de Sacyl (Sanidad de Castilla y León) de otras categorías que cesarán su vida laboral en el complejo hospitalario y centros de salud.
Los datos aportados ayer por Sacyl en relación al Hospital General precisan que 15 médicos tendrán que dejar su trabajo antes del día 1 de abril, cuando se hace efectiva la aplicación de la jubilación forzosa. Los afectados son catalogados por la administración como “médicos prolongados” porque han superado los 65 años y tenían una prórroga de su vida laboral. Los otros 17 especialistas que dejan el hospital este año son aquellos que alcanzan los 65 años a lo largo del ejercicio 2013.
Los datos numéricos evidencian dos hechos significativos, uno es la importante proporción de médicos veteranos que se pierden y otro la coincidencia de que en una misma fecha se despida a 15 profesionales a la vez.
La reducción global alcanza al 12,5 por ciento de la plantilla de médicos hospitalarios, formada por unos 250 profesionales, según datos de la Junta de Castilla y León. Sin embargo, el efecto directo del Plan de Ordenación de Recursos Humanos llega al 25 por ciento en varios servicios, donde se concentran más jubilación. Incluso la merma en algunos equipos sube el porcentaje varios puntos más por la suma de otras circunstancias, como el hecho de que hay bajas por enfermedad o maternidad. Este conjunto de situaciones ha hecho, según han detallado trabajadores del centro, que la actividad se esté acumulando hasta el punto de “asfixiar a los profesionales y perjudicar a los pacientes”.
Este gran éxodo que vive el Hospital General acarrea otros dos hechos relevantes, como son la marcha de una decena de responsables de unidades y servicios, y la despedida de profesionales que pusieron en funcionamiento el hospital. Entre los médicos que dejan la actividad está el jefe del servicio de Cirugía General, Javier Manzanares Sacristán, el jefe de Traumatología, Juan Manuel Díaz-Otero Herrero, el jefe de Anestesia-Reanimación, Pedro Vallejo Quesada, el jefe de Neurofisiología clínica, Manuel Pintor Gutiérrez, los responsables de secciones de Radiodiagnóstico, José Antonio Delgado Gómez y Carlos Gómez Conejo o el jefe de sección de Medicina Intensiva y responsable de la Comisión de Docencia, Pablo Ancillo García.
Despedida por carta
En consideración de los compañeros de profesión, el Hospital General y también la provincia de Segovia está perdiendo a especialistas que “trajeron la medicina moderna a Segovia” y han luchado durante más de 30 años por mejorar las especialidades. Según ha podido saber esta redacción, los representantes de los facultativos en la Comisión Mixta del Complejo Asistencial se han quejado ante la dirección de la falta de respeto y trato humano que ha mostrado al limitarse a despedir con una carta a los “padres del hospital”.
Por otra parte, se ha extendido por el complejo sanitario la sensación de que el plan de jubilaciones es un plan encubierto de reducción de plantilla porque aún no ha trascendido la tasa de reposición de plazas que se va aplicar y, por tanto, se desconocen los puestos que se van a volver a ocupar.
