Notablemente diferente a su predecesor polaco, Juan Pablo II, el alemán Joseph Ratzinger es un hombre humilde, un teólogo consumado y un severo líder. Una vez dijo que una fe adulta no es la que «sigue las tendencias de la moda y las últimas novedades».
La mayoría de los creyentes ven al Papa Benedicto XVI como un acérrimo defensor de la ortodoxia de la Iglesia, pero en realidad, el Pontífice es una persona compleja, un incisivo pensador cuyas reservas por la cultura contemporánea y su amor por Mozart y Beethoven no le apartaron de su principal preocupación en la vida: la persecución de la verdad.
Ratzinger llegó a ser Obispo de Roma desde su puesto de Prefecto de la Congregación para la Doctrina de la Fe, por lo que se le conocía como el Guardián de la fe. Como Papa, se enfrentó a los principales problemas de la Iglesia y también incorporó las nuevas tecnologías a las comunicaciones del Vaticano.
Entre los más destacados, se encuentran sus esfuerzos por sacar a la luz los casos de abusos sexuales dentro del estamento eclesiástico, su encuentro con las víctimas y el establecimiento de instrucciones a todas las Conferencias Episcopales para que estos casos no se repitan. De hecho, Benedicto XVI hizo público «en nombre de San Pedro» la «vergüenza y el arrepentimiento» de toda la comunidad por los abusos cometidos hacia menores en el seno de la Igesia católica.
Así, en una carta abierta, Benedicto acusó a los sacerdotes implicados de haber traicionado «la confianza que los jóvenes y sus padres depositaron» en ellos, y les aseguró que deberán «responder de ello ante Dios y ante los tribunales».
Igualmente, destacó en su Pontificado el momento en el apartó al fundador de los Legionarios de Cristo, Marcial Maciel, y la reforma del sistema de finanzas del Vaticano para adaptarse a las normas de transparencia internacional. Además, tuvo que hacer frente a la detención de su exmayordomo personal, Paolo Gabriele, por el escándalo de la filtración de documentos personales, en el conocido como caso Vatileaks.
El cardenal Ratzinger fue elegido como sucesor de Juan Pablo II cuando, según ha declarado él posteriormente, ya «esperaba retirarse pacíficamente». Durante su primera aparición en el balcón de la Basílica de San Pedro como nuevo Pontífice, Benedicto XVI destacó la figura de su predecesor y se mostró sorprendido de que le hubieran elegido a él, «un simple y humilde trabajador de la viña del Señor» como nuevo representante de Dios en la Tierra.
«Me consuela el hecho de que el Señor sabe trabajar y actuar incluso con instrumentos insuficientes y, sobre todo, me encomiendo a vuestras oraciones. Jesucristo nos ayudará y María, su santísima Madre, estará a nuestro lado», concluyó, antes de dar las gracias a los presentes.
Cuando fue elegido, Benedicto XVI, que nació el 16 de abril de 1927 en Marktl am Inn (Alemania) y fue ordenado sacerdote en 1951, era Prefecto de la Congregación para la Doctrina de la Fe, Decano del Colegio Cardenalicio y miembro honorario de la Academia Pontificia de las Ciencias.
Un santo padre filósofo
Ratzinger es, ante todo, un hombre estudioso y un teólogo. El Papa destacó por sus estudios de Filosofía y Teología en la Escuela superior de Frisinga, en donde posteriormente fue profesor, y en la Universidad de Múnich. En 1953, recibió su doctorado en Teología por la institución académica bávara y fue entonces cuando se convirtió en catedrático de Dogma e Historia del Dogma en la Universidad de Ratisbona, donde ocupó también el cargo de vicerrector.
Además, participó como experto en las cuatro sesiones del Concilio Vaticano II (1962-1965).
Entre sus numerosas publicaciones ocupa un lugar destacado el libro Introducción al Cristianismo, recopilación de lecciones universitarias publicadas en 1968 sobre la profesión de fe apostólica; y Palabra en la Iglesia (1973), antología de ensayos y reflexiones dedicadas a la pastoral.
Benedicto XVI ha destacado por su diálogo con religiones no cristianas y por sus numerosos viajes por el mundo.
El pasado mes de diciembre, el Papa se convirtió en un Pontífice tecnológico al inaugurar su primera cuenta oficial en la red social Twitter, @Pontifex, con el objetivo de «dar mayor alcance al mensaje evangélico». Actualmente cuenta con más de 647.000 seguidores.
