El Gobierno, la patronal CEOE y los sindicatos CCOO y UGT retoman hoy las negociaciones sobre la reforma laboral, después de que ayer el ministro de Trabajo, Celestino Corbacho, pusiera fecha al nuevo plazo de negociación, que deberá acabar como máximo en ocho días. Y es que en el Ejecutivo central se están empezando a hacer a la idea de que el tan ansiado consenso no llegue. El titular de Fomento, José Blanco, fue muy claro: «Saldrá en junio cueste lo que cueste».
Corbacho, por su parte, precisó hasta cuándo está dispuesto a seguir negociando el Gabinete Zapatero antes de aprobar su propuesta de reforma del mercado de trabajo. Según explicó, en «siete u ocho días» la nueva ronda de negociaciones -el primer plazo fijado por el Gobierno expiró el lunes sin éxito- debe estar finalizada.
Además, reiteró que, si finalmente los empresarios y los sindicatos no llegan al acuerdo, el Ejecutivo legislará para que esté en marcha antes de que acabe este mes, tal y como estableció la vicepresidenta Salgado.
Para Corbacho, la reforma debe pivotar sobre la extensión generalizada del contrato de fomento del empleo estable, cuya indemnización por despido es de 33 días frente a los 45 de un fijo ordinario. Sin embargo, para CCOO y UGT supone abaratar la salida del mercado de trabajo, lo que rechazan y contra lo que están dispuestos a convocar una huelga general si al final el Gobierno legisla de forma «lesiva».
A este respecto, el ministro consideró que es mejor esa indemnización que la de un contrato eventual de ocho días. Asimismo, avanzó que, si no hay acuerdo, el Gabinete incluirá la posibilidad de reducir la jornada como alternativa al despido; el modelo alemán.
Blanco dio otra pista: «La reforma que le gusta al Gobierno y que España necesita debe lograr hacer más accesible y menos gravosa la contratación indefinida y, en cambio, más rígida la temporal».
Lo que no quiso confirmar Corbacho es si, con acuerdo o no, la reforma irá al Consejo de Ministros del día 11 de junio o al del 18.
Al que no le ha gustado que el Ejecutivo haya ampliado el plazo para negociar ha sido al presidente del PP, Mariano Rajoy. En su opinión, «no es de recibo» ni «justo» para los ciudadanos que este asunto se demore, porque «ni siquiera podemos decir que el proceso va muy lentamente; es que llevamos dos años hablando de ello y hasta hoy no hay fruto alguno». Además, subrayó que todos los retrasos se ven penalizados en la Bolsa.
En esta línea incidió la presidenta de la Comunidad de Madrid, Esperanza Aguirre, a la que le cazaron los micrófonos de los medios cuando hablaba con el líder conservador. Básicamente, dijo que «una reforma light es insuficiente».
Mientras, el secretario general de CCOO, Ignacio Fernández Toxo, negó que el debate haya derivado en un paripé: «No lo creo. Le dedicamos muchas horas a la negociación, que es muy seria e importante, y en la que hay escollos».
Habla Díaz Ferrán
La existencia de estas diferencias ha llevado al presidente de la CEOE, Gerardo Díaz Ferrán, a advertir de que la patronal solo firmará un acuerdo sobre la reforma laboral que sea «serio, profundo y global» y, si no es así, tendrá que decidir el Gobierno. Además, recalcó que «no es el momento para penalizar la temporalidad».
Mientras, el ex presidente del Gobierno Felipe González también consideró necesaria la reforma, pero se decantó por el acuerdo. Sobre la presión de la opinión pública, recordó que, cuando estaba en el poder y le recordaban el proverbio Rectificar es de sabios, él respondía: «Y de necios es tener que hacerlo a diario».
Desde CiU, Josep Antoni Duran Lleida, instó al Ejecutivo a que lleve al Parlamento su propuesta, tanto por la credibilidad que quiere inspirar en el exterior como la confianza que necesita la economía española.
