España va en la buena dirección y convergerá con el déficit marcado por Bruselas del 6,5% a final del presente ejercicio. Ese es el nuevo mensaje optimista que el ministro de Economía, Luis de Guindos, lanzó hace unos días, cuando se supo que el diferencial nacional se situaba en el 5,27% en los siete primeros meses del año, a 1,23 puntos del límite marcado para 2013 por la Unión Europea.
El Ministerio de Hacienda hizo públicos a mediados de mes las cifras del diferencial hasta julio, según las cuales el desajuste alcanzó los 54.293 millones, lo que supone ya el 5,27% del PIB frente al objetivo de 6,5%.
El popular aseguró que el dato del déficit «convergerá» con el objetivo del 6,5% fijado para el conjunto de las Administraciones públicas para este año, por lo que no prevé nuevas medidas para corregirlo, e indicó que la cifra de paro se revisará a la baja y se situará a final de año algunas «décimas» por debajo del 27,1% previsto en los Presupuestos Generales del Estado (PGE) de 2013.
Y esto será posible, explicó, porque «aún quedan algunos factores» que no están recogidos en las estadísticas oficiales, como por ejemplo los 5.000 millones de ahorro en el pago de intereses de la deuda o parte de la «recuperación» de ingresos tributarios. «Y, lógicamente, todo eso junto con la recuperación incipiente de la economía, llevará a que el déficit va a converger, se va a aproximar, se va a acercar, va a estar en el 6,5%», apostilló.
Por otra parte, el titular de Economía abundó en la idea que ya avanzó a primeros de mes de que a corto plazo se revisarán algunas previsiones incluidas en el cuadro macroeconómico, como el desempleo o el crecimiento del Producto Interior Bruto.
Así, señaló que se reducirá la tasa de desempleo, proyectada en un 27,1%, porque «las estimaciones actuales ponen de manifiesto que estará claramente por debajo de esa cifra y que cerrará en torno al 26,6».
En cuanto al crecimiento económico en 2014, el Gobierno elevó el pasado viernes en su aprobación de los Presupuestos Generales del Estado para 2014, «siendo prudente» indicó el presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, del 0,5% al 0,7% su previsión de crecimiento del PIB para el próximo año.
«Incluso el consenso de los mercados respecto de las previsiones está en numerosas ocasiones por encima de las proyecciones del Gobierno, y creemos que eso es un síntoma de confianza y de credibilidad de la fortaleza de la economía española. Los datos de comercio exterior y la evolución de las inversiones también son buenos», añadió De Guindos.
En el caso del ascenso de la deuda pública, que hasta julio alcanzó los 947.184 millones de euros, y ya supone el 92,6% del PIB, De Guindos quitó hierro al asunto asegurando que ese incremento de la ratio se debe a «un cambio estadístico» del Instituto Nacional de Estadística.
«El indicador compara el PIB nominal con el volumen de deuda pública. Como se ha reducido el crecimiento se eleva el cociente, pero es un factor estadístico. Hay que poner el énfasis en la reducción del déficit», puntualizó.
Y, en este sentido, el Ejecutivo está tranquilo porque sus previsiones y las del Tesoro apuntan a que «en los próximos meses se moderará» el nivel de deuda, ya que se reducirán las emisiones y «habrá más amortizaciones».
Sin embargo, desde las filas socialistas consideran que estas cifras no son nada halagüeñas. La portavoz del PSOE en el Congreso, Soraya Rodríguez, indicó que el dato del déficit es «malísimo» y «muy preocupante», y afirmó que la cifra pone de manifiesto el «fracaso» del Gobierno en sus políticas «económicas y sociales».
«Además, muestra que este Gabinete es claramente ineficaz. La pregunta que se hacen muchos españoles es para qué todo este sacrificio social si el Ejecutivo es incapaz de controlar la deuda y el déficit», criticó.
