La negativa de la patronal a aceptar la última oferta del Gobierno ha tensado al máximo el diálogo social. El ministro de Trabajo, Celestino Corbacho, advirtió ayer de que si las negociaciones no llegan a buen puerto, el Ejecutivo «tomará cuantas medidas sean precisas» por el interés general de los ciudadanos y «las comentará bilateralmente con quien considere oportuno y sea referente en esos momentos». Mientras, los sindicatos emplazaron a los empresarios, que efectuaron una nueva propuesta, a que concreten su voluntad de acuerdo «después de una trayectoria errática y contradictoria en su conducta y en la propia presentación de sus demandas y reflexiones».
El ex alcalde de Hospitalet afirmó que, en principio, sigue apostando por ese gran pacto, pero que si no se avanza y no hay consenso, están dispuestos a legislar por su cuenta. Y es que la tensión que se vivió en la cena del miércoles en la Moncloa parece un fiel reflejo de lo enquistadas que están las posiciones y la imagen de callejón sin salida que se ha transmitido a la ciudadanía.
La diana y las amenazas solo van dirigidas a los hombres de negocios, a quienes se responsabiliza de que no haya más brotes verdes. Corbacho reconoció que el principal obstáculo para el acuerdo es la petición de rebaja de cotizaciones sociales realizada por la patronal, que mantuvo su demanda de un recorte de cinco puntos y recalcó que «haciendo un gran esfuerzo», podrían llegar a 3,5 ó 4 puntos.
«En todo caso, ni 5 ni 3,5 de ninguna de las maneras si no queremos poner en riesgo el sistema de la Seguridad Social», afirmó el socialista, quien recordó que el coste de una rebaja de 5 puntos sería de 18.000 millones de euros, algo «inasumible» para el sistema, cuyo superávit previsto se sitúa en unos 3.000 millones de euros. A su juicio, si se atendiera a las pretensiones de la patronal, los ocho millones de pensionistas «podrían empezar a tener un problema y eso no lo aceptaremos».
Corbacho, quien reiteró que la propuesta del Ejecutivo pasa por un recorte de medio punto universal y permanente más una rebaja del 1% para 2010, se mostró sorprendido por que la CEOE no esté dando «publicidad» a una medida ya a acordada, como la bonificación del 100% en las cuotas de la Seguridad Social para los que contraten a parados que cobren prestación. También sostuvo que el Gobierno no está más cerca de las tesis de los sindicatos sino «del sentido común».
Por otro lado, el presidente del PP, Mariano Rajoy, aseguró que «la sensación que se está transmitiendo es que Zapatero busca desesperadamente una foto con todos los agentes implicados». Más allá fue Gaspar LLamazares (IU), que pidió la comparecencia en el Congreso de Corbacho y criticó que su posición «salomónica da fuerza a la avaricia de la patronal». Josep Antoni Duran i Lleida (CiU) le reprochó al secretario general del PSOE que «no haya sido capaz de liderar el diálogo social».
