Las veinte mayores economías del mundo concluyeron ayer la cumbre de líderes de Los Cabos (México) con un mensaje que aplaque el nerviosismo desatado por la crisis de deuda de Europa. Después de dos días, los máximos representantes de las potencias financieras y los países emergentes abogaron por llamar a la tranquilidad y, de hecho, una de las cabezas visibles del Viejo Continente, la canciller alemana, Angela Merkel, aseveró que los Estados de la zona euro están «decididos a resolver la situación».
«Nosotros, como europeos, llegamos aquí con la claridad de que no hemos resuelto todos nuestros problemas, pero también con seguridad, que pudimos transmitir claramente, de que los queremos arreglar», manifestó, al tiempo que aplaudió que otros países reconocieran que tienen dificultades en casa, lo que «facilitó la discusión».
Por parte de la Unión Europea, se puso sobre la mesa la determinación común de estabilizar la situación con una combinación entre saneamiento de las finanzas, iniciativas de crecimiento y mejor cooperación, algo que fue «bien recibido» por el resto de asistentes a la cita.
La dirigente germana, que se convirtió en portavoz improvisada del encuentro, explicó que el G-20 urgió a España a que «aclare rápidamente» a cuánto ascenderá el monto del rescate que solicitará a su banca y cuáles serán las consecuencias que estima tendrá la ayuda del eurogrupo.
Merkel se mostró confiada en que el presidente nacional, Mariano Rajoy presentará «pronto» su petición al eurogrupo, que la semana pasada ya aprobó un paquete de rescate de hasta 100.000 millones de euros para la banca patria.
De hecho, unas horas después, fuentes españolas anunciaron que el Gobierno podría formalizar la solicitud de ayuda esta misma semana, aunque agregaron que todavía se están negociando las condiciones del préstamo.
Ante la presión por parte de los líderes mundiales, desde Moncloa quisieron matizar que, aunque Rajoy es consciente de «la prisa» que rige en esta cuestión, no quiere hacer las cosas «mal».
«España es la más interesada en hacerlo rápido. Más que Merkel, está España preocupada en recapitalizar los bancos. Pero hay que hacer las cosas bien, porque de hacerlas mal hay hasta ahora ya bastantes ejemplos», indicaron.
Un primer paso será conocer los datos sobre el estado de las entidades financieras nacionales en el informe que entregarán mañana las auditorías externas contratadas por el Ejecutivo para hacer un examen independiente. Se trata de sendos análisis privados de valoración de las carteras crediticias de los 14 principales grupos bancarios que representan el 90 por ciento del sistema patrio.
Eso sí, los informantes matizaron que todavía quedará por ver cómo será «la fórmula» del rescate, porque «tan importante como la cantidad es el método» en que se realizará todo el procedimiento.
Por otro lado, al cierre de esta edición, el presidente de Estados Unidos, Barack Obama y varios dirigentes europeos aprovecharon su estancia en Los Cabos para mantener una reunión ajena a la cumbre del G-20.
Después de que fuera suspendida el pasado lunes, que era cuando estaba prevista, el dirigente norteamericano se citó con Rajoy y Merkel, además de con su homólogo francés, François Hollande; los primeros ministros de Italia y el Reino Unido, Mario Monti y David Cameron; así como los máximos dirigentes de la Comisión Europea, José Manuel Durao Barroso, y del Consejo Europeo, Herman Van Rompuy.
La reunión había sido fijada en un principio para la noche del lunes, después de la cena oficial organizada por el anfitrión de la cita, el presidente mexicano Felipe Calderón.
Sin embargo, fue cancelada a última hora. Ello causó dudas sobre si constituía un nuevo desacuerdo en el seno de la UE, dividida sobre cuál es la mejor manera de salir de la crisis y con la incertidumbre sobre países como Grecia o España aún pendiente.
No obstante, diversas fuentes oficiales se apresuraron a denegar cualquier desencuentro y aseguraron que la cancelación se debió exclusivamente a lo tarde que se hizo debido al retraso en la agenda oficial del G-20.
Para poder participar en el encuentro reagendado, el español Rajoy tuvo que adelantar su reunión bilateral con la presidenta brasileña, Dilma Roussef, según explicaron fuentes nacionales.
