La Europa de la moneda única se asoma al abismo. Está al borde de la ruptura. Los llamados países periféricos, donde se incluyen Grecia, Italia y España, se encuentran en una situación muy grave, debido a la desconfianza entre los inversores y al ataque especulativo.
De hecho, la prima de riesgo nacional se disparó ayer a niveles nunca vistos desde la introducción del euro; un hecho que solo consiguió frenar la compra de deuda pública de países europeos por parte del Banco Central (BCE), que hizo que la prima se relajara al cierre de la sesión hasta los 315 puntos básicos, frente a los 375,7 que llegó a marcar a media mañana. El estrechamiento se redujo porque el rendimiento de los títulos españoles a 10 años cayó hasta el 5,854%, frente al 6,030% fijado al cierre de la sesión del lunes, después de haber alcanzado el máximo diario en el 6,233%.
La ministra Elena Salgado minimizó tal impacto porque, según consideró, el país no emite deuda esta semana, por lo que confió en que se reduzca estos días.
Mientras tanto, el presidente del Consejo Europeo, Herman Van Rompuy, estudia convocar una cumbre extraordinaria del Eurogrupo, que se celebraría este mismo viernes, para intentar calmar las tensiones especulativas que están sufriendo los mercados de varios países, aunque la reunión no cuenta con el apoyo de Holanda y Alemania.
El ministro luxemburgués de Finanzas, Luc Frieden, aseguró que si la eurozona y la Unión Europea están unidas «ningún país estará en riesgo» de sufrir «un problema importante», porque de lo contrario arrastrará a todos los demás.
No obstante, la tesis liderada por Alemania para lograr una sustancial contribución de los acreedores privados al rescate de Grecia gana fuerza en el seno de la UE, donde ya se da por hecho que será muy difícil evitar la declaración de una quiebra parcial. Y es que el ministro holandés de Finanzas, Jan Kees de Jager, gran aliado del país germano, confirmó que se ha eliminado de la ecuación un requisito que hasta ahora era considerado esencial: esquivar la declaración de impago selectivo de un país miembro de la zona euro.
De esta manera, explicó muy claramente algo que ya se comentaba en los pasillos de Bruselas: que el objetivo que se había marcado hasta ahora la zona euro de lograr una contribución privada sustancial sin declarar una quiebra era «una contradicción» en sí misma, tal y como advirtieron las agencias de calificación.
Sector privado
Según informó el ministro holandés, los titulares de Finanzas del euro dieron «un paso adelante en ese sentido» durante la reunión que mantuvieron en Bruselas, al «romper» esa «difícil» contradicción y determinar que el impago «ya no está excluido».
Fuentes europeas matizaron que esta contribución del sector privado se integrará en un plan global para Grecia, que incorporará un segundo rescate para el país con un interés más exiguo y plazos más largos, así como un programa de recompra de bonos griegos en los mercados secundarios.
El objetivo de la zona euro es reducir el volumen de deuda helena en circulación desde el 166,1% del PIB, que está previsto que alcance en 2012 hasta un 120% (a finales de 2010 se situaba en el 142,8%), explicaron las fuentes.
Este plan, defendido por Alemania, Holanda y Finlandia, gana fuerza pese a la oposición del BCE, que ha insistido en que debe evitarse a toda costa la declaración de quiebra parcial de la deuda griega, por considerar que tendría unas consecuencias para la economía mundial peores que la caída de Lehman Brothers e incrementaría el riesgo de contagio a otros países.
Por otra parte, y aunque el principal banco italiano se desplomara después de que se registrara una caída superior al 7% que hizo que suspendiera su cotización y otros cuatro títulos de la Bolsa de Milán, el primer ministro de Italia, Silvio Berlusconi, se apresuró a declarar que la banca de su país es «sólida» y que su Estado tiene a la Unión Europea (UE) a su lado.
La directora gerente del FMI, la francesa Christine Lagarde, dijo que los problemas que afronta Roma obedecen «fundamentalmente» a la presión de los mercados.
