“El euro sobrevivirá, aunque ha pasado por un periodo muy difícil, que ha exigido mucho de los ciudadanos y ha puesto las cosas muy difíciles a los líderes europeos, y aún queda muchísimo por hacer para resolver los problemas de la zona euro”. El economista Iain Begg, investigador en la London School of Economics (LSE) y especialista en la política económica europea, se refería así al futuro de la moneda europea, en una charla con Adam Austerfield, secretario general de LSE en España.
Begg trazó un completo panorama de la situación, comenzando por los problemas de gobernanza en Europa que han incidido de manera negativa en la situación económica y del euro, como la falta de un presupuesto federal, “que sirva para estabilizar las economía nacionales, como hace la reserva federal en Estados Unidos”; la ausencia de mecanismos globales para solucionar los problemas de la banca; o el papel “incierto del Banco Central Europeo (BCE), que está limitado y no puede facilitar las cosas imprimiendo moneda, como se hace en Estados Unidos”.
En ese contexto, el economista expuso algunas reflexiones de futuro, como su convicción de que “los líderes europeos pueden contar aún con un cierto margen de maniobra, pero deben ser conscientes de que el BCE está agotando sus últimos mecanismos”, o la necesidad de “reconocer que la crisis no ha concluido, y que para que se produzca una reactivación es necesario generar confianza, para que se produzca inversión”.
España
En cuanto al caso concreto de España, Begg quiso dejar claro que “nadie en Europa considera que España sea Grecia. En España no hay una crisis fiscal, sino de gestión, porque no se vio a tiempo el peligro que suponía la burbuja inmobiliaria; esto es fácil decirlo a posteriori, porque hasta 2008 ó 2009 España era el país de la UE que más crecía, y se creía que las cosas se hacían bien, pero el problema era que no se reconocía el crecimiento de la deuda privada, que al final se ha terminado convirtiendo en un problema de deuda pública”.
En su opinión, “los otros países europeos creen que España tiene problemas a corto plazo, un problema de cómo pagar su deuda, y eso pone en problemas a la banca, pero yo creo que el espíritu general en Europa es que se quiere ayudar a España, más de lo que se quiere ayudar a Grecia”. Reconoció que en algunos países, fundamentalmente en Alemania, la oposición a estas ayudas es fuerte, aunque no es una oposición unánime, ya que mientras “la gente sí que está en contra, la postura de las instituciones no es tan clara”.
El economista sostuvo que la elevadísima tasa de desempleo que soporta España en estos momentos “es un riesgo muy grave para la economía española, que se enfrenta a la posibilidad real de perder casi por completo una generación de españoles. El peligro es que los trabajadores más cualificados emigren buscando unos salarios acordes con su cualificación, y eso hay que detenerlo, pero no hay soluciones mágicas, solo el crecimiento económico posibilitará que se vuelva a crear empleo”.
Sobre la posibilidad de una ruptura del euro, Iain Begg explicó que es un escenario que no contempla en estos momentos; “yo creo que las cosas van a avanzar hacia una mayor integración, porque hay muchos factores decididos para que el euro sea un éxito”.
