Fuentes oficiales confirmaron la muerte ayer de otros 312 residentes de la localidad iraquí de Kocho, en el norte del país, donde Estado Islámico mató el pasado viernes a 80 yazidíes y secuestró a las mujeres y los niños tras concluir un ultimátum de cinco días para que se convirtieran al Islam, según informó la cadena británica Sky News.
En total, más de 400 yazidíes fallecieron en el ataque en Kocho, población que fue prácticamente borrada del mapa. Los milicianos de Estado Islámico llegaron en vehículos todoterreno y procedieron a eliminar a la población ante la incapacidad de las fuerzas de seguridad para acceder inmediatamente al lugar. El grueso de los fallecidos murió ayer.
Se sospecha no obstante que los supervivientes podrían encontrarse en Tal Afar, cerca de Mosul, en manos del Estado Islámico, según informaron fuentes del Ministerio de los Peshmerga (en el Kurdistán Iraquí).
Papel de España
El ministro de Asuntos Exteriores, José Manuel García-Margallo, explicó esta semana que el Gobierno español evaluará si suministra armas a las fuerzas kurdas en Irak con el consentimiento del Gobierno central para frenar el avance del Estado Islámico tras el acuerdo en la UE para hacerlo a nivel individual.
“El Gobierno evaluará, a partir de este momento, si hace uso de la puerta, de la ventana abierta, para exportar armas o no. Es una decisión que el gobierno tiene que tomar”, explicó.
Margallo recordó que el Estado Islámico controla ya “un tercio” del país, además de partes de Siria, y se acerca “peligrosamente” hacia la capital, Bagdad.
“La impresión es que podemos encontrarnos en vísperas de una batalla por la capital”, advirtió, al tiempo que insistió en que “muchos” países estuvieron de acuerdo en que la respuesta de la comunidad internacional para ayudar a la oposición moderada en Siria fue “tardía y tímida” y ello llevó a que quedara desplazada por las fuerzas islamistas. “Si no queremos que esta situación se repita en Irak es obvio que hay que intervenir en el terreno militar”, recalcó.
El ministro dijo que lo que hizo España es “apoyar” esta decisión tras lograr que se reconozca que dicho suministro de armas se haga “siempre” con “el consentimiento” del Gobierno central iraquí. Margallo, además, indicó que si bien los 28 están estudiando formas de cortar el suministro económico del Estado Islámico, no se contempla un embargo de crudo a Irak.
