Veinte personas fueron flageladas ayer en una plaza pública de Jalawla, cerca de la frontera con Irán, como castigo por no acudir a las oraciones del viernes, día sagrado musulmán, según una fuente de las fuerzas de seguridad iraquíes.
Individuos pertenecientes al Estado Islámico aplicaron 25 latigazos a las víctimas en una plaza de esta pequeña localidad perteneciente al distrito de Janaqin, en la provincia de Diyala.
Además, “el tribunal de la ‘sharia’ (ley islámica) de la organización terrorista en Jalawla emitió otra resolución que incluye una pena de 25 latigazos para cualquier civil que se niegue a asistir a las oraciones del viernes y advierte de penas más duras en el futuro”, señaló la fuente.
El Estado Islámico “intenta aprovecharse de la presencia de civiles en las mezquitas para usarlos de escudos humanos para impedir ataques aéreos contra estas reuniones” ante “las repetidas operaciones recientes que logran atacar sus posiciones secretas con precisión”, añadió.
Además, también ayer al menos once personas murieron y otras 21 resultaron heridas al hacer estallar sus explosivos un terrorista suicida en un mercado al norte de Bagdad, según fuentes policiales. El atentado tuvo lugar a unos 28 kilómetros al norte de la capital, entre las ciudades de Tarmiya y Mishahda.
Este lugar está siendo escenario de fuertes enfrentamientos entre el Ejército iraquí y combatientes del Estado Islámico, que controlan considerables áreas del norte y del oeste de Irak.
Kobani
Por otro lado, el viernes partió hacia el este de Turquía un convoy con 15 carros de combate para reforzar la frontera del país con Siria, donde las milicias kurdas intentan resistir la ofensiva del Estado Islámico contra la ciudad de Kobani.
Un convoy militar de 15 camiones que transportaban sendos carros de combate fue fotografiado en la Autopista Transeuropea en la provincia de Bolu, en el norte de Turquía, según informa la agencia de noticias turca Dogan.
Mientras, un dirigente de la organización armada Partido de los Trabajadores del Kurdistán (PKK), implicada en la lucha contra los yihadistas en Siria, informó de que enviaron a combatientes de vuelta a Turquía “para defender al pueblo”.
La situación en Kobani, defendida por milicias kurdas ante el avance de los terroristas, provocó disturbios en las regiones de mayoría kurda de Turquía. Los kurdos piden una intervención militar turca en Kobani en unas protestas que se cobraron en la última semana la vida de 37 personas.
“Si las cosas siguen así, los guerrilleros lucharán para defender a nuestra gente. La función principal de la guerrilla es defender al pueblo”, destacó el portavoz del PKK Cemil Bayik en declaraciones recogidas por el diario turco ‘Hurriyet’ en su edición digital. “El Gobierno sigue enviando soldados al sudeste y al este, así que hemos decidido actuar”, indicó.
Bayik no especificó cuántos milicianos fueron enviados de vuelta a Turquía. El PKK se encuentra en pleno proceso de paz negociado con el Gobierno turco, una iniciativa que propició la retirada de las milicias kurdas del sudeste de Turquía en mayo de 2013.
Arrepentidas
Por otra parte, dos jóvenes austriacas de 15 y 16 años de edad que se marcharon de su país para unirse al Estado Islámico en Siria desean regresar a Austria, arrepentidas, tras haberse casado con combatientes yihadistas y quedar embarazadas, según informa el diario ‘Osterreich’.
Ambas, abandonaron Viena en abril tras dejar una nota a sus padres: «No nos busquéis. Serviremos a Alá y moriremos por él».