Los yihadistas de origen británico que viajaron a Irak y Siria para combatir junto al Estado Islámico y que ahora quieren regresar a sus casas están recibiendo amenazas de muerte por parte de la milicia suní, según informó el diario ‘The Guardian’.
Desde el comienzo de la ofensiva de la organización terrorista para hacerse con el control de varios territorios de Irak y Siria numerosos europeos, sobre todo británicos, vijaron a Oriente Próximo para unirse a la milicia islamista.
El Centro Internacional para el Estudio de la Radicalización (ICSR) británico cifra en medio millar los ciudadanos británicos que viajaron a estos países, de los que al menos 24 fallecieron en distintos combates.
Sin embargo, varios británicos que pretenden regresar a su país “al querer abandonar han sido amenazados de muerte, ya sea directa o indirectamente”, explicó el exrecluso de Guantánamo Bay Moazzam Begg, que cuenta con numerosos contactos en grupos rebeldes sirios.
Begg afirmó que en la actualidad hay decenas de británicos que tienen intención de regresar a Reino Unido pero que se sienten “atrapados”. Muchos de ellos pretendían combatir al presidente sirio, Bashar al Assad, pero acabaron enrolándose en la milicia suní por varios motivos, entre los que se incluye el idioma, ya que el Estado Islámico cuenta con numerosos miembros angloparlantes.
“Cuando se establece el Estado Islámico, el califato, y juras lealtad, a partir de ese momento si desobedeces, estás desobedeciendo al califa, por lo que podrían ser sometidos a medidas disciplinarias que podrían incluir amenazas de muerte o la muerte”, explicó.
Para solucionar esta situación, Begg, de 46 años de edad, propone que el Gobierno británico amnistíe a todos aquellos que regresen de Siria e Irak e inicien programas de rehabilitación similares al realizado en Dinamarca.
Las autoridades británicas sugirieron que los yihadistas británicos que regresasen de combatir junto al Estado Islámico podrían ser juzgados por traición. “Están entre la espada y la pared”, subrayó Begg, que calcula en al menos 30 los británicos en esta situación.
Esta noticia se dio a conocer después de que se confirmara la muerte de otro musulmán, de 19 años, procedente de la ciudad de Porthmouth, que formaba parte del grupo de seis musulmanes que habían viajado para unirse al Estado Islámico.
Ataques
Por otro lado, el Ejército iraquí informó ayer de que milicianos del Estado Islámico dispararon al menos siete proyectiles de gas de cloro contra una zona residencial de la provincia de Anbar, en el noroeste del país.
“Los milicianos del Estado Islámico han disparado siete proyectiles llenos de gas de cloro contra un barrio residencial de Anbar”, afirmó un oficial del Ejército, Shaaban Obaidi, a la agencia de noticias iraní Jabar News.
Sin embargo, el ataque no causó víctimas porque los residentes habían abandonado previamente la zona y además algunos proyectiles no llegaron a detonar.
El Ejército también informó de la muerte de doce milicianos en la ciudad de Ramadi, en la misma provincia de Anbar, durante enfrentamientos registrados ayer, según recoge la agencia de noticias estatal iraquí, NINA.
La agencia informa de varios ataques del Ejército contra las milicias yihadistas en Anbar en los que contaron con el apoyo de paramilitares del movimiento Despertar Suní.