Pocos saben quién es Antonio Senillosa, y, sin embargo, es fundamental en el entorno de Rajoy; ha habido sorpresas al conocer que Arias Cañete ocuparía el número cinco de la lista al Congreso por Madrid. En cuanto al cuarto, Alberto Ruiz-Gallardón, forma parte del reducido grupo que acude semanalmente a maitines; la reunión de los lunes por la mañana en la que media docena de personas tratan cuestiones cotidianas del partido.
A un mes de que se celebren unas elecciones que presumiblemente va a ganar el PP, existe bastante ignorancia respecto a quiénes forman parte de verdad de su equipo de máxima confianza.
Es de dominio público la relación estrecha de Rajoy con Soraya Sáenz de Santamaría, así como con la periodista Carmen Martínez Castro, responsable de Comunicación, y con Javier Arenas, que fue decisivo para que Ana Mato sea la vicesecretaria de Organización, sobre la que han recaído más responsabilidades de las que le debieran corresponderle por su cargo, dado que Cospedal está muy volcada en tierras manchegas.
A pesar de que se da por hecho que determinados dirigentes del PP formarán parte del Gobierno de Rajoy e incluso se les asignan carteras, éste no ha dicho una sola palabra a nadie sobre los futuros ministros. Solo ha declarado que contará con personas de alta cualificación y prestigio, que él es «previsible», que no dudará en ofrecer cargos a quienes no pertenezcan al PP e incluso, cuando se le preguntó si podría incluir a personas de otros partidos -suena con fuerza Durán i Lleida-, no lo descartó. Aunque si se cumplen los pronósticos y logra mayoría absoluta, su gente no lo comprendería.
Tiempos difíciles
Pero sí comentó algo más: que tendrá en cuenta a aquellos que le han demostrado sobradamente su lealtad en estos años tan complicados, en los que incluso se pusieron en marcha dos o tres operaciones para intentar desbancarle de la presidencia del partido.
Y es ahí cuando cobra importancia su equipo. Un grupo en el que además de los miembros de la dirección -Cospedal, Mato, Arenas y González Pons- se han dejado la piel algunos exministros de Aznar, y también jóvenes que, capitaneados por Jorge Moragas, han creado un conjunto de colaboradores con experiencia en la Administración del Estado, empresas, nuevas tecnologías y relaciones internacionales.
De ahí saldrán algunos dirigentes del futuro PP, pues varios de ellos se estrenarán en el Congreso para colocarlos en la rampa de salida. Este equipo fue tan convincente a la hora de proponer una nueva línea de actuación a Rajoy, que incluso le persuadieron para que relevara a su secretaria de siempre, Rosa, para poner en su lugar a Ketty Satrústegui, que hablaba idiomas y era una experta en redes sociales, con un papel más amplio que el de una secretaria. La sustituida, tras muchos años junto al gallego, se encuentra en el Congreso ocupada en llevar el despacho que allí tiene el jefe de la oposición, mientras en la sede de la calle Génova se ha impuesto un nuevo estilo de trabajo.
Moragas y Arístegui
Además del diplomático Jorge Moragas, que en estos últimos años ha afianzado sus relaciones internacionales y cuenta ya con una agenda importante, en la que antes le aventajaba su rival Gustavo de Aristegui -purgado el pasado viernes-, junto a Rajoy se encuentra Alfonso de Senillosa, que antes de trabajar para el PP había creado una empresa de internet y reprografía, Workcenter, con sucursales por toda España, así como Víctor Calvo Sotelo -hijo del ex presidente y ex subsecretario de Fomento en el Gobierno Aznar-, que en estos dos últimos años se ha ocupado de la coordinación entre el equipo del presidente del partido y el grupo parlamentario del Congreso.
En otros tiempos formaba parte del círculo más cercano el gallego Francisco Villar, que en esta legislatura que acaba quedó apartado y trabaja en el Congreso con Sáenz de Santamaría. Y aunque no tiene despacho en la sede del partido, en los últimos meses ha alcanzado gran protagonismo Baudilio Tomé, en el que Rajoy confía tanto que le encargó la coordinación y redacción del programa. Él, con Ana Mato, organizan las reuniones de su jefe con los distintos sectores sociales, que han resultado un éxito por la forma en que éste lograba transmitir cercanía a los convocados y exponer los puntos básicos de su proyecto.
No se puede dejar de mencionar la eterna unidad de acción electoral, con Juan Carlos Vera, José Antonio Bermúdez de Castro y la periodista Marilar de Andrés, que se ocupan de organizar congresos y los actos electorales desde los tiempos de Fraga, y en los que Rajoy -que trabajó muy estrechamente con ellos cuando fue jefe de las campañas de Aznar- trabajó muy estrechamente. Su labor traspasa las campañas, ellos se ocupan de que todo salga bien en los actos que organiza el partido a lo largo de los años y su relación con el presidente es de máxima confianza.
