Dramático y agónico fue el séptimo encierro de San Fermín. Intentar llegar a la plaza de toros de Pamplona se convirtió ayer en una auténtica trampa para los corredores. Decenas de mozos resultaron aplastados por una gran masa humana que bloqueó el último tramo del Callejón, debido al cierre de una puerta justo antes de pisar el coso, lo que impidió el paso de toda la manada de Fuente Ymbro, que pisoteó a las personas del montón, afortunadamente, sin embestidas ni cornadas.
En total, se registraron 23 personas heridas, de las que al cierre de esta edición habían sido dadas de alta 16, que fueron trasladadas al Complejo Hospitalario de Navarra. De los siete mozos ingresados, cinco fueron por traumatismos y dos por asta. El más grave fue un joven de 19 años procedente de Vitoria, J.J.M.R., que se encuentra en estado crítico, tras sufrir un traumatismo torácico con síndrome de asfixia. Otra de las personas más afectadas es un joven irlandés de 28 años, que padeció también síndrome de asfixia, aunque su situación es estable.
Algunos testigos que vivieron muy de cerca el terror formado a la entrada de la plaza, explicaron sus versiones, como S.A.S., que aseguró que «no podía moverme, el toro estaba a mi lado y yo encima de un montón de cuerpos. Me sacó un chico que estaba en la arena y me dijo ‘es por tu vida, agárrame’. Pude ver los ojos de muerte del astado frente a mi cara», manifestó, para añadir que «al final todo salió bien». Otro de los involucrados, un joven de Pamplona que vio cómo su amigo, que resultó herido leve en la rodilla, quedó «abajo del todo y aplastado» tras cerrarse una puerta del coso.
El encierro, que duró cuatro minutos y 15 segundos, fue limpio hasta el acceso al ruedo. Los seis toros de la ganadería gaditana y los cabestros salieron hermanados desde los corrales de Santo Domingo. La velocidad de los astados y la multitud de mozos en todos los tramos, al coincidir la carrera con el fin de semana, provocó numerosas caídas. La manada enfiló de forma agrupada desde la Cuesta de Santo Domingo, aunque fue en el Ayuntamiento cuando los morlacos tomaron la delantera de los mansos. Libraron bien la curva de Mercaderes y corrieron escalonados la calle Estafeta. Uno de los astados se cayó al suelo en el callejón, mientras que se iniciaban los momentos angustiosos vividos como consecuencia del tapón humano. Los toros pisotearon a los mozos amontonados y entraron a los corrales, mientras la Policía, Cruz Roja y espectadores intervenían de urgencia para asistir a los aplastados, alguno de ellos inconscientes.
Tras los momentos dramáticos vividos, el consejero de Presidencia, Justicia e Interior del Gobierno de Navarra, Javier Morrás, aseguró que se realizará un «análisis en profundidad» de las causas por las que en el séptimo encierro se formó un tapón en el acceso, en principio provocado por una conjunción de motivos, entre ellos el cierre de una de las puertas y la masificación de corredores al coincidir con el fin de semana.
Morrás explicó que una de las puertas que forman parte del vallado perimetral de la plaza, «que debe permanecer absolutamente abierta» para facilitar el tránsito desde el Callejón, se fue cerrando.
Por su parte, el alcalde de Pamplona, Enrique Maya, afirmó que se estudiará «lo que se puede mejorar para que no vuelva a ocurrir este suceso». No obstante, valoró cómo se reaccionó ante lo sucedido, así como la labor de los profesionales sanitarios.
De esta forma, los seis toros de la ganadería sevillana de Miura protagonizarán hoy el octavo y último encierro de los Sanfermines de 2013, en el que la Policía Foral tiene previsto retirar antes de lo habitual su último cordón para permitir con más tiempo la entrada a la plaza de los corredores.
