El embalse de Linares del Arroyo se someterá a renovación de sus sistemas de desagüe para adaptarse a la nueva reglamentación del Reglamento Técnico de Seguridad de Presas y Embalses (RTSPE).
De este modo, en las próximas semanas comenzarán las obras de adecuación del pantano, al ser uno de los tres de la Cuenca del Duero que precisa de adecuación.
Los trabajos están presupuestados en 2,63 millones de euros y consistirán en la sustitución de los sistemas de cierre de los desagües por otros sistemas más modernos. Los trabajos persiguen garantizar el adecuado funcionamiento de la presa y su seguridad, lo que redundará especialmente en la mejor gestión de las campañas de riego. Por ello, se cambiarán las compuertas por cinco salidas tipo ‘Bureau’ y una compuerta anular con sistemas de accionamiento eléctricos y de telecontrol. Además, se reforzarán las vallas de protección de la presa y se colocará un nuevo cerramiento en el acceso a la caseta de válvulas y a la coronación del embalse.
También se instalará una barrera flotante para impedir el acceso de personas y embarcaciones a los aliviaderos de superficie.
El embalse de Linares del Arroyo tiene por misión fundamental regular las aguas del río Riaza, que nace en el puerto de La Quesera y desemboca, 100 kilómetros después, en el Duero en las inmediaciones de la localidad burgalesa de Roa. Con una capacidad de 58 millones de metros cúbicos, es el mayor de todos los que regulan los ríos Riaza y Duratón y el mayor de cuantos se han construido en la provincia de Segovia.
La presa tiene una longitud de coronación de más de 100 metros y una altura de unos 30 desde el cauce. La construcción de la presa de este embalse finalizó en el año 1951 y, durante la misma, llegaron a utilizarse más de 52.000 metros cúbicos de hormigón.
Actualmente es posible subir hasta la coronación utilizando unas escaleras y contemplar desde arriba los restos de la ermita de Linares, cuyo ábside y espadaña emergen de las aguas cuando desciende el nivel del embalse.
