Grecia volvió a dar ayer plantón a la troika y pospuso su respuesta a ese trío, que integran la Unión Europea, el Banco Central Europeo y el Fondo Monetario Internacional, sobre la exigencia comunitaria de que aplique una serie de ajustes si quiere que Bruselas le ayude en su delicada situación económica con un segundo rescate. El presidente heleno, Lucas Papademos, retrasó hasta hoy la reunión que debía haber mantenido ayer por la tarde con los líderes de los tres partidos políticos que conforman el Gobierno de coalición para aprobar esas medidas, una demora que no sentó bien en el seno de los países del euro, encabezados por Alemania y Francia, y cuyos dirigentes avisaron a Atenas de que no habrá un segundo paquete de ayudas, de 130.000 millones de euros, si no aceptan los ajustes requeridos. Eso sí, a falta de una respuesta más contundente, el Ejecutivo griego aceptó parte de la demanda formulada por la troika y dio el visto bueno a la supresión de 150.000 empleos públicos hasta 2015, de los que 15.000 serían eliminados este mismo año.
Después de un fin de semana caótico, con reuniones en Grecia y en Bruselas, no se consiguió llegar a ningún acuerdo, por lo que la canciller germana, Angela Merkel, advirtió al Ejecutivo de Papademos de que «el tiempo se acaba». «No habrá un nuevo programa de rescate si no llega a un acuerdo con la troika», agregó.
El presidente galo, Nicolas Sarkozy, resaltó, por su lado, que «no hay elección» para el país mediterráneo, aunque admitió que el primer ministro heleno trabaja «en condiciones muy difíciles».
Por su parte, la Comisión Europea lanzó un rotundo mensaje al Gabinete de Atenas: «Están más allá del plazo», aseguró el portavoz de Asuntos Económicos, Amadeu Altafaj. Y es que el Ejecutivo comunitario esperaba haber alcanzado un acuerdo antes del pasado fin de semana y continúa a la espera. Eso sí, también aprobó prorrogar hasta el 30 de junio la autorización de dos planes de ayuda a las instituciones financieras en el país por considerar que son necesarios para afrontar los problemas de la economía griega.
Se trata en primer lugar de la recapitalización de las instituciones de crédito por parte del Fondo Helénico de Estabilidad Financiera, que consta de 10.000 millones de euros como parte del rescate de la UE al país mediterráneo, y que fue autorizado por primera vez en septiembre de 2010. El otro esquema es un paquete de medidas aprobado por primera vez en noviembre de 2008 que consiste en un plan de recapitalizaciones.
Atenas está negociando en paralelo con sus acreedores privados para lograr que le condonen 100.000 millones de deuda (el 50% de la que está en manos privadas) y también discute con la troika los ajustes que deberá aplicar a cambio del segundo rescate.
El principal escollo surgió en las segundas negociaciones, ya que los partidos helenos se resisten a la demanda internacional de rebajar el salario mínimo (SMI). La Comisión justificó esta petición alegando que el SMI griego (870 euros al mes si se computan las 14 pagas) es superior al de Portugal (560 euros) y al de España (748 euros).
