Decenas de miles de venezolanos acudieron ayer a despedir a su difunto presidente, Hugo Chávez, cuyo cuerpo permanece en la capilla ardiente instalada en la Academia Militar de Caracas, abierta al público hasta hoy, cuando se celebrará el funeral de Estado.
Las colas para dar el último adiós al dirigente llegaron a superar los tres kilómetros, con más de dos millones de personas aguardando para entrar al salón donde se encuentra el féretro, cubierto parcialmente con la bandera nacional. Además, aunque parte del ataúd tiene un cristal y es visible el cadáver del comandante, las autoridades prohibieron expresamente tomar imágenes de vídeo o fotografías del cuerpo, que, según los seguidores que pasaron por la capilla, está vestido con uniforme militar y su tradicional boina roja.
Antes de su apertura al público, los presidentes de Argentina, Uruguay y Bolivia, Cristina Fernández, José Mujica y Evo Morales, respectivamente, realizaron la primera vigilia al difunto. Después, la familia del fallecido (madre, hermanos, hijas y una de sus nietas) recibieron una gran ovación antes de iniciar la guardia de honor.
Mientras se ultiman los detalles del funeral, que comenzará a las 10,30 horas locales (las 16,00 horas en España), el sucesor de Chávez, Nicolás Maduro, realizó su primer acto como «presidente encargado», al firmar el decreto de luto, lo que desató la ira de la oposición, que recordó que la Constitución prohíbe que un candidato pueda ejercer como líder del Ejecutivo. Por ello, el partido gobernante sopesa, incluso, cambiar la Carta Magna en los próximos días.
Al sepelio del comandante acudirán mandatarios de todo el mundo. La delegación española estará encabezada por el Príncipe Felipe.
«No me dejen morir».- Hasta el último suspiro, Hugo Chávez se aferró a la vida. «No podía hablar, pero lo dijo con los labios: ‘Yo no quiero morir; por favor, por favor, no me dejen morir’. Porque él quería a su país, se inmoló por su patria». Así detalló ayer el jefe de la guardia presidencial, general José Ornella, las últimas horas de la enfermedad del mandatario.
Según reveló a la prensa argentina, el líder bolivariano falleció a causa de un «infarto fulminante». Además, y pese al esfuerzo de sus médicos, «los mejores de todas las partes del mundo», el cáncer «estaba bastante avanzado» y venció al comandante.
«Sufrió bastante. Nosotros, que estábamos al lado, vimos que sufrió mucho esa enfermedad», indicó, al tiempo que adelantó que «la historia la escribiremos algún día».
Además, aseveró que Chávez «sabía que después de la operación de diciembre había muy poca esperanza de que saliera con vida». Y, según Ornella, así lo dejó evidente en su último discurso al país, el 8 de diciembre, cuando informó sobre la nueva intervención quirúrgica y anunció que el entonces vicepresidente, Nicolás Maduro, sería su «sucesor».
La enfermedad del difunto mandatario se hizo pública en junio de 2011, pero los médicos nunca hablaron sobre su paciente y, ni siquiera, se ha detallado qué tipo de tumor padecía.
Tras sufrir cuatro operaciones, su salud empeoró el pasado domingo, cuando sufrió una «severa afección respiratoria» que terminó con su vida.
