Como si de una autentico adolescente se tratara, pero de forma macabra y cruel, el líder de Al Qaeda, el fallecido Osama Bin Laden, relataba en un diario todos los acontecimientos que se traía entre manos para el futuro.
Claramente obsesionado con atacar EEUU. Esta sería la idea que se recoge en las líneas escritas por el mandatario. Fechas clave para los estadounidenses, como la del 4 de julio, día de la Independencia, Navidades o el décimo aniversario de los atentados del 11-S serían los días «perfectos» para atentar. Además, en el diario se mencionan expresamente las ciudades de Nueva York y Washington como ejemplos destacados y la posibilidad de asaltar la red ferroviaria. También dejó escrito que «Los Ángeles debería ser incluida como objetivo».
El guerrillero se pregunta en sus documentos cuántas muertes más de ciudadanos norteamericanos necesitaría para que Washington reconsiderase su política hacia Oriente Próximo. El líder llegó a la conclusión de que solo un recuento de miles de cadáveres similar al del 11-S sería suficiente.
Los mensajes encontrados en la guarida del terrorista también revelan su apoyo a las protestas populares de Oriente Medio. En una grabación de audio que fue encontrada en su casa, el líder de Al Qaeda habla de las revueltas populares en Egipto y Túnez, pero no menciona los alzamientos en otros países islámicos como Libia.
Según las fuentes de Inteligencia que localizaron el material, el empeño de Bin Laden por atacar Estados Unidos le llevó incluso a desarrollar algunas fricciones con muchos de sus seguidores.
En sus escritos, instaba a sus aliados a buscar el modo de reclutar a personas no musulmanas oprimidas por Norteamérica, en particular a afroamericanos y latinos, para así, tratar de emular un atentado de la envergadura del de las Torres Gemelas.
Además, se pudo conocer que mantenía una fluida correspondencia con dirigentes de la red terrorista desde su residencia en la localidad paquistaní de Abbottabad, al norte de Islamabad. Así lo pusieron de manifiesto los documentos y el diverso material incautados durante la operación realizada por las fuerzas estadounidenses. «Hay fuertes indicios de que hubo salida y llegada de mensajes con otros guerrilleros, explicó un responsable. Las autoridades norteamericanas consideran, basándose en el destacado hallazgo, que la residencia de Bin Laden era en realidad el centro de mando y control de Al Qaeda.
La información extraída hasta ahora apunta que Bin Laden daba muy poca prioridad a las operaciones en países como Afganistán y Pakistán. Así,y por el momento, no se han encontrado datos que confirmen contactos entre el líder de Al Qaeda y miembros del Ejército o los servicios de Inteligencia paquistaníes.
Por otra parte, los investigadores han llegado a la conclusión de que el dirigente del grupo terrorista no creía que fuese a ser encontrado en Abbottabad y por ello no tenía preparado una vía de escape o una manera de destruir la información que había en el interior de la casa.
Las fuerzas estadounidenses incautaron más de 110 memorias usb, portátiles y otros aparatos de almacenamiento de datos, además de multitud de papeles. Todo ello, debido a que se cree que el líder usaba estos sistemas para comunicarse, ya que no disponía de teléfono ni de acceso a internet.
El material, escrito en árabe, tiene que ser traducido, algo que se está realizando en un edificio secreto de la CIA en Virginia del Norte. Inicialmente, se está trabajando en los documentos más recientes, buscando palabras claves, como el nombre de ciudades estadounidenses, así como alias de miembros de Al Qaeda, números de teléfono y otros datos que puedan servir de pista a la Policía.
Los funcionarios de EEUU aseguraron que los efectos personales del terrorista indican que su mano está detrás de las todas las amenazas de la violenta agrupación. Entre ellas, planes que el pasado año pusieron en alerta a embajadas y viajeros en toda Europa.
