El periodista Felipe Sahagún, ganador del Premio Cirilo Rodríguez en su tercera edición y miembro del jurado en numerosas ediciones, destacaba en la noche del martes, tras darse a conocer los nombres de los tres finalistas de este año, que el galardón segoviano “ha conseguido un prestigio que tienen muy pocos en el nutrido listado de premios periodísticos españoles, porque es un prestigio profesional, reconocido por los profesionales”.
Sahagún se mostró “encantado” con que la terna de finalistas, integrada por el delegado de la agencia Efe en Manila y responsable de la información en el Sudeste Asiático, Miguel Frau Rovira, el corresponsal de La Vanguardia en América Latina, Joaquim Ibarz, y el de TVE en Jerusalén Óscar Mijallo, incluya a dos corresponsales veteranos y un miembro de la nueva generación.
También hizo hincapié en la calidad de los doce aspirantes al premio, subrayando que se trataba de una de las “listas mejores de los últimos años, con representantes de todas las especialidades del periodismo internacional, y además los mejores. “Me da pena que, por unas razones u otras, siempre se queda sin el premio gente que ya no va a poder ganarlo, por razones de edad, aunque es inevitable”, matizó.
En cuanto a la situación actual del panorama internacional, Sahagún reconoció que está claramente marcado por la crisis económica, aunque defendió la necesidad de continuar prestando atención a los conflictos repartidos por todo el planeta, y dando voz a sus numerosas víctimas.
Sobre la crisis, Sahagún apuntó que es consecuencia del “desquicio de inversión económica, el derroche, que se hizo después de la crisis asiática y sobre todo después del 11-S en Estados Unidos, sin control ni regulación”. En este contexto, subrayó que los principales países del mundo se reúnen ahora en Londres, en la cumbre del G-20, “divididos entre los que creen que hay que gastar mucho más y los que creen que eso nos llevaría a un desastre mucho mayor, porque si la causa es esa, como dice Merkel, se resolverá el problema a muy corto plazo, pero a medio y largo, se desencadenará un problema mucho mayor”.
Para el periodista, éste es el problema principal; “los otros, cómo revisamos el sistema de regulación del sistema financiero, o el movimiento de la masa monetaria, son muy importantes, pero secundarios”.
En esta situación, y ante los prifundos cambios en los medios, que haya “un ‘rebaño’, ‘la tribu’, que siga pensando que es importante estar donde hay un conflicto y contarlo, para que las víctimas tengan a alguien que hable por ellas, me parece milagroso”.