Al ya de por sí caos que reina en Egipto, después de que hace unos días el presidente del país, Mohamed Mursi, lanzara un decreto por el cual blindaba sus poderes por encima de la Justicia, y de la aprobación de una controvertida Carta Magna que dicta que la sharia (ley islámica) será la principal fuente de legislación, ayer se sumó un nuevo incidente. Y es que el Tribunal Constitucional, que pretendía analizar la legalidad de la Asamblea Constituyente que dio luz verde a la nueva ley de leyes, anunció que suspendía indefinidamente sus sesiones después de que miles de islamistas rodearan el edificio entre protestas y amenazas contra los miembros de la corte.
En su justificación, la sala explicó que los manifestantes, seguidores de Mursi, impidieron a los jueces entrar en el inmueble, lo que, a su parecer, es un «asesinato moral» de la Justicia.
«La multitud bloqueaba las calles de acceso a la corte y cantaba eslóganes contra sus magistrados», indicó el Constitucional. «Éste es un día oscuro en la historia de la judicatura egipcia», agregó.
El tribunal disolvió el pasado mes de junio la Cámara Baja del Parlamento, donde los islamistas tenían mayoría, alegando irregularidades en las elecciones.
Los Hermanos Musulmanes, partido del presidente, aseguraron que no organizaron a sus seguidores para que llevaran a cabo el bloqueo de la corte.
El pasado viernes, la Asamblea Constituyente aprobó en un proceso de urgencia un borrador de Carta Magna en medio de las protestas de los liberales y la minoría cristiana, que afirman que el texto está hecho a gusto de los gobernantes. Como ya ha terminado su trabajo, tampoco está claro qué efecto tendría una decisión del tribunal sobre su existencia.
El jefe del Gobierno anunció que el 15 de diciembre se realizará un referéndum para aprobar o rechazar la Constitución, que da un papel mayor a la sharia y a los clérigos a la hora de impartir Justicia.
El borrador generó fuertes protestas la semana pasada, ya que divide al país. Mientras que los liberales y cristianos temen un mayor papel de la ley islámica, Mursi defendió el texto en la televisión asegurando que se abre «una nueva era en la historia de Egipto, un futuro brillante para nuestro pueblo».
Por otro lado, varios grupos políticos de la oposición convocaron para mañana una marcha hacia el Palacio Presidencial de Heliópolis, en El Cairo, para protestar contra Mursi y mostrar su rechazo al referéndum constitucional. «Es un proyecto para atar las libertades políticas, civiles, sociales y económicas de los egipcios», denunciaron los contrarios al dirigente.
