El Consejo de Europa aprobó en el día de ayer el primer paquete de normas internacionales jurídicamente vinculantes destinadas a combatir el fenómeno de los combatientes extranjeros, aquellos terroristas que viajan a países en conflicto para hacer la yihad.
Este perfil de terrorista es la principal preocupación de las fuerzas y cuerpos de seguridad occidentales, por el riesgo que implica el que regresen a sus lugares de origen más radicalizados y con experiencia militar.
Los ministros de Asuntos Exteriores de esta organización paneuropea que reunió ayer a 47 Estados miembros adoptaron un protocolo adicional por el que actualizan la Convención europea para la prevención del terrorismo.
Dicho protocolo obliga a los miembros del Consejo de Europa a prohibir y castigar la asociación voluntaria a un grupo terrorista, el hecho de recibir entrenamiento terrorista o de viajar al extranjero para participar en actividades consideradas terroristas.
De igual manera, establece además una red de enlaces nacionales para que los países miembros puedan compartir rápidamente información, según destacó la organización internacional en un comunicado.
Los participantes en la reunión, celebrada en Bruselas dado que Bélgica ostenta la presidencia de turno del Comité de Ministros del Consejo de Europa, también aprobaron una declaración política y un plan de acción trienal sobre lucha contra el extremismo violento y la radicalización que conducen al terrorismo.
Mensaje extremista
Este plan prevé una serie de nuevas medidas para que el Consejo de Europa pueda ayudar a combatir el fenómeno de la radicalización en aquellos lugares donde se extiende más fácilmente el mensaje extremista, como las escuelas, los módulos penitenciarios o Internet, y que cada vez atraen a un mayor número de jóvenes. También preocupa la temprana edad de afiliación de los mismo.
En la reunión, la presidencia belga del Comité de Ministros pasó el relevo a Bosnia Herzegovina durante los próximos seis meses. El Consejo de Europa es una institución paneuropea creada en 1949, que acoge a 47 Estados miembros, sin relación con las instituciones de la Unión Europea aunque coopera con ellas.
Su institución más conocida es el Tribunal Europeo de Derechos Humanos, con sede en Estrasburgo, y que garantiza a 800 millones de europeos el derecho a un último recurso.
