El Barcelona parte hoy con dos goles de ventaja con respecto al Real Madrid en la carrera hacia la final de Wembley. Será la vuelta de las semifinales de la Liga de Campeones, el colofón de un póquer de clásicos, algo más que un partido vista la crispación vivida en los tres encuentros precedentes.
Después de muchas ruedas de prensa y declaraciones en las que ambos bandos se han metido en una guerra que no debería haberse iniciado nunca, llega la hora de la verdad, la hora en que el mejor fútbol se llevará el ansiado premio de poder luchar por la tan ansiada ‘Orejona’.
Los dos goles anotados por el argentino Messi en la ida abrieron las puertas de la final para los azulgrana. Hoy se pondrá punto y final a la cuarta eliminatoria de la historia de la Copa de Europa entre ambos contendientes, hasta ahora con un 2-1 a favor del cuadro blanco, las dos conseguidas en sendas semifinales.
Los barcelonistas lo tienen casi todo atado para firmar una de sus semanas grandes. Si le ruedan bien las cosas, el Barcelona puede certificar el pase a su séptima final de la competición, y la tercera en las últimas seis temporadas.
Para ello, Pep Guardiola contará con sus mejores hombres sobre el terreno de juego. Recuperará seguramente al centrocampista Andrés Iniesta, que no jugó en la ida disputada en el Santiago Bernabéu a causa de un problema muscular, y también volverá a contar con el capitán Carles Puyol, quien descansó ante la Real Sociedad.
En realidad, la entrada del manchego es la única variación con respecto al once que jugó en la capital hace seis días, ya que el de Santpedor mantendrá el sello que tan buen resultado le ha dado desde el inicio de temporada.
Únicamente la baja del francés Eric Abidal le impedirá formar con su once de gala, aunque su sustituto en el coliseo blanco, Carles Puyol, rindió a un gran nivel como lateral izquierdo.
Además, todo apunta a que Javier Mascherano, una de las sensaciones de este final de curso, será el acompañante de Piqué en el eje de la zaga. Por la derecha, Alves ocupará su posición habitual.
En las seis piezas de construcción de juego y de definición hay pocas dudas. Sergio Busquets jugará de mediocentro por delante de Xavi y de Iniesta, mientras que Pedro y Villa formarán la tripleta de atacante junto a Leo Messi, el jugador que desequilibró la balanza en la ida.
Momento histórico
El Barça se encuentra ante un momento histórico, ante una semana grande si es capaz de cerrar su pase a la final continental y el título liguero el próximo domingo, aunque para ello depende de su victoria y también de que el Real Madrid no gane en Sevilla el sábado.
En todo caso, la presencia de los catalanes en las semifinales es un síntoma de su buena salud deportiva. Campeón hace dos años en Roma (2-0 frente al Manchester United), la plantilla ‘culé’ acumula cuatro semifinales consecutivas en Europa. Si alcanza la final volverá a Wembley, donde conquistó su primera Copa de Europa hace ya 19 años.
Mientras tanto, el Real Madrid aterriza en el Camp Nou con fe en el milagro. Sin perder la esperanza pese al 0-2 cosechado en el Santiago Bernabéu. Agarrándose a remontadas épicas, al orgullo blanco. Consciente de la dificultad que conlleva levantar la eliminatoria, pero impulsado por la ilusión de conquistar la ‘décima’.
Aún latente la jugada que marca la eliminatoria, la entrada de Pepe a Dani Álves y una expulsión que desesperó a José Mourinho, el técnico, que cargó en la ida contra la UEFA y contra el rival, pasará a un segundo plano ya que no podrá sentarse en el banquillo. Mientras tanto, el equipo, obligado por las circunstancias. El Real Madrid saldrá a jugar de tú a tú a su eterno rival. La última vez que lo hizo se llevó cinco goles.
Antecedente a su favor
Pero en el recuerdo madridista no está la dolorosa goleada liguera de la primera vuelta, sino la última ocasión que los dos grandes clubes nacionales cruzaron sus caminos en las semifinales del torneo. El 0-2 del Camp Nou de la temporada 2001-02, con tantos de Zidane y McManaman, serviría para igualar las fuerzas. Es su camino a seguir.
Las ausencias importantes en el aspecto defensivo, con los castigados Sergio Ramos y Pepe, más Khedira en la medular que no se recupera a tiempo de su lesión muscular, las cubrirá el luso con Raúl Albiol, el regreso de Ricardo Carvalho y Lass Diarra.
Además, el entrenador enterrará el trivote que condujo al éxito en la final de Copa del Rey para pasar al habitual 4-2-3-1, en ataque juntando a Di María, Özil, Cristiano Ronaldo y Benzema.
El mensaje de José Mourinho a sus jugadores busca liberar presión, después de que el objetivo de la temporada está cumplido con la conquista de un título. Todo lo que llegue para culminar su primer año en el banquillo ‘merengue’ solo puede ser bueno, aunque el equipo no se dará por vencido hasta el pitido final.
El último capítulo de los cuatro clásicos en 18 días está ya servido con todos sus ingredientes.
