El tirón de la Formación Profesional llena aulas, dobla turnos de clases, crea lista de espera en varios ciclos y lleva a desempleados y a universitarios a juntarse con adolescentes en los talleres y salas de aprendizaje.
La subida de las tasas universitarias unida a la búsqueda de una preparación práctica, demandada en el mercado laboral y al regreso al estudio de personas que no encuentran trabajo están repuntando la matrícula en los ciclos formativos y contribuyendo a que esta oferta, durante años mirada de soslayo por las familias, se sitúe entre las preferidas del alumnado segoviano.
La evolución que ha tenido el Centro Integrado de Formación Profesional desde que abriera sus puertas en el barrio de Nueva Segovia en septiembre de 2011 refleja el momento dulce que viven las titulaciones medias. En solo tres cursos ha incrementado un 50 por ciento la matrícula, ampliando los registros de cien en cien estudiantes cada año. El director del centro, Juan José Escobar Sanz redondea las cifras para comentar que “empezamos el curso 2011/2012 con unos 400 alumnos, al siguiente llegamos a los 500 y en el curso 2013/2014 tenemos un total de 611 estudiantes”. A excepción de 61 personas que siguen programas de cualificación profesional, el resto, 550 alumnos, realizan ciclos formativos de grado medio y de grado superior.
El centro dedicado de forma específica a la Formación Profesional ofrece siete títulos superiores y cinco medios de las ramas de Comercio y Marketing, Imagen Personal y Hostelería y Turismo.
En las aulas domina la presencia de las mujeres que doblan en número a sus compañeros. La relación de superioridad numérica se da tanto entre el alumnado, formado por 411 mujeres y 200 hombre, como en el claustro, integrado por 29 profesoras y 16 profesores. “La edad media del alumnado es de 23 años y la del profesorado de 45 años”, apunta el director del centro que en la enumeración de datos recuerda que un 10 por ciento de los ingresos corresponden a alumnos de origen extranjero, predominando los sudamericanos. Juan José Escobar destaca el hecho de que de los 300 alumnos de nuevo ingreso que han recibido, el 90 por ciento ha llegado por acceso directo después de estudiar Educación Secundaria Obligatoria (ESO), Bachillerato u otros estudios superiores y menos del 10 por ciento lo han hecho sin alcanzar estos estudios, a través de una prueba de entrada.
En puente entre la universidad y la Formación Profesional ha intensificado el tránsito de estudiantes, de forma que la llegada de alumnos desde los campus a los talleres y cocinas de aprendizaje está dejando de ser un hecho excepcional. “En estos momentos más del 10 por ciento de nuestros alumnos son universitarios”, apunta el director del CIFP que se muestra seguro de que este porcentaje va a ir en ascenso en los próximos años. “Las titulaciones medias van a seguir creciendo porque la empleabilidad es mayor entre los alumnos de FP que entre los universitarios”, dice Juan José Escobar para añadir que “hoy el mercado pide más alumnos de nuestros centros”. Asegura que la principal motivación de los universitarios que dan el giro es tener una preparación práctica para moverse con mayor soltura por el mercado laboral y conseguir un título de Formación Profesional que les abra puertas.
La llegada de desempleados también representa un cambio importante en la dinámica de estos estudios. “Antes perdíamos a jóvenes estudiantes porque les daban trabajo y la idea de ganar dinero les hacia abandonar su formación, ahora regresan a las aulas los parados”.
Para dar cabida al mayor número de solicitantes de plazas y reducir listas de espera en las titulaciones más exitosas, la dirección del centro decidió doblar los turnos de clase para tener grupos de mañana (21) y tarde. Los cinco grupos de tarde son Dirección de Cocina, Cocina y Gastronomía (con dos cursos) Estética y Comercio Exterior.
Las instalaciones que sorprendieron positivamente desde su inauguración están abiertas de lunes a viernes desde las ocho y media de la mañana hasta pasadas las nueve y media de la noche con una ocupación que se acerca al 100%- “Pero no vamos a poner freno a la entrada de alumnos hasta que alcancemos la capacidad máxima, siempre garantizando la seguridad de nuestros alumnos y la calidad de la enseñanza”, indica Juan José Escobar dispuesto a crear más grupos de tarde el próximo curso, ya que la mañana está completa. “Mi ambición — dice el profesor con más de 20 años de experiencia en equipos directivos— es que el centro esté a tope porque creo que las instalaciones tan buenas que tenemos, la cocina, las salas de estética… deben utilizarse al máximo. Yo prefiero que el centro se caiga de usarlo que de viejo”.
