El Celta de Vigo consiguió ayer el ‘milagro’ de la permanencia en Primera División tras imponerse al Espanyol, gracias a un gol de Natxo Insa y a la derrota del Deportivo de la Coruña ante la Real Sociedad, en un partido que permitió desatar el júbilo de la afición gallega, agarrada al transistor durante los 90 minutos.
Los de Abel Resino, que al inicio de la última jornada dependían del choque de Riazor, anotaron muy pronto por mediación de Insa, que soltó un zapatazo a los 15 minutos de juego. El 1-0 para el conjunto local trasladó el interés y la presión hasta La Coruña, donde la escuadra vasca tardó poco en hacer un favor a los celestes.
El conjunto vigués, con más corazón que cabeza, intentó hacerse dueño del balón y templar los nervios, aunque no fue fácil por el empuje de los ‘pericos’. Resultó fundamental el juego de bandas, sobre todo con Roberto Lago, uno de los grandes protagonistas en la primera media hora.
Pero el marcador no aumentó y el Espanyol comenzó a disponer de sus ocasiones, entre ellas una de Sergio García que puso en dudas a Rubén, el sustituto del lesionado Javi Varas en la portería gallega. Por cierto, el canterano, que con 17 años tuvo que afrontar como titular uno de los encuentros más complicados de la Historia reciente de los locales, salvó con nota la prueba y fue uno de los artífices de la victoria de los albicelestese. Gracias a la paradas del joven guardameta y al poco acierto rematador de los catalanes, el encuentro llegó al descanso con la victoria por la mínima del Celta.
Y más allá, porque los locales supieron encontrar el equilibrio para no dar pasos en falso. El triunfo de la Real Sociedad seguía dándoles vida para abrazar la salvación, y así fue. Los vascos se jugaban la Champions, un caramelo demasiado atractivo como para despistarse.
El conjunto vigués, que aguantó el resultado ante el Espanyol, a pesar de las acometidas catalanas, se agarró a la victoria ‘txuri-urdin’ en Riazor y dio con la tecla para obtener la salvación. Los últimos minutos, sin embargo, fueron agónicos. Un gol ‘perico’ salvaba al Mallorca, que empezó la jornada como ‘farolillo rojo’ de la clasificación y hundía al Celta al pozo de la Segunda División, pero el tanto de los catalanes no llegó.
Por eso, todo Balaídos estalló de felicidad cuando el colegiado pitó el final del encuentro y celebró una permanencia que pocos soñaban hace unas jornadas. Una salvación que también es obra de Paco Herrera, el técnico destituido a mediados de febrero. La afición entera, que llenó por completo las gradas celtiñas, se echó sobre el césped para compartir su alegría con los jugadores vigueses. La fiesta no tuvo fin en la localidad gallega, que celebró la permanencia hasta la madrugada.
