Las abundantísimas lluvias caídas en los últimos días y el deshielo derivado del incremento de las temperaturas han provocado el desbordamiento de los cauces de los principales ríos segovianos. Entre todos ellos, ayer era el Duratón el que registraba mayor número de problemas. Todos los pequeños arroyos que desembocan en el Duratón rebosaban agua. Así ocurría en los cauces que pasan por Barbolla. Ya en las inmediaciones de Sepúlveda, donde el río comienza a encajarse para formar las hoces, el Duratón había multiplicado su anchura. La fuente de la Salud estaba anegada por el cauce del río, y aguas abajo de Sepúlveda, en el puente Talcano, también se apreciaba un nivel muy superior al habitual. Con el embalse de Burgomillodo lleno, sus responsables procedieron a desembalsar, a ritmo rápido. Ese hecho generó inconvenientes. La carretera entre Burgomillodo y Carrascal del Río, que fue cerrada al tráfico el miércoles, se abrió la mañana de ayer, aunque después volvió a quedar cerrada. Henar de Pablo, alcaldesa de Carrascal del Río —ayuntamiento al que pertenece Burgomillodo—, señaló que los vecinos de ambos núcleos estaban “pendientes de la presa, aunque tranquilos”, agregando que aunque los dos pueblos “no corren peligro”, el desbordamiento sí acarreará graves perjuicios a las cosechas. “La inversión en el campo ya estaba hecha, con el abono esparcido, y ahora todas las tierras han quedado inundadas, así que habrá pérdidas…”, explicaba la regidora.
Aguas abajo del Duratón, el segundo punto más problemático se situó en la SG-P-2131, entre Laguna de Contreras y el cruce de la carretera que comunica Sacramenia y Peñafiel. El alcalde de Laguna de Contreras, Santos Arranz, sostuvo, algo indignado, que “si se está inundando esta zona es porque la presa de Burgomillodo está soltando demasiada agua”. Arranz, que coincidió con De Pablo en que “cuando se vaya el agua se verán los auténticos daños en las tierras”, reconoció que, en su pueblo, no se había visto un desbordamiento igual “desde hace 60 años”.
Ayer, mientras la Diputación mantenía en alerta a todos los operarios de sus parques comarcales por las incidencias que se produzcan en la red provincial de carreteras, las redes sociales se llenaron de fotografías de los cauces de los ríos segovianos. Así, resultaba sencillo encontrar en Facebook imágenes del embalse de Linares del Arroyo, en Maderuelo, o en Twitter del Pirón a su paso por Remondo. En cualquier caso, los daños no se limitaban a la provincia, sino también se apreciaban aguas abajo, como se pudo ver en Viana de Cega, donde el río nacido en Navafría provocó inundaciones.
