El Barcelona, que ya asestó un gran golpe al Real Madrid con su victoria en la ida (1-2), intentará remontar hoy su clasificación para las semifinales de la Copa del Rey y tumbar al vigente campeón, que no parece afrontar el duelo con excesivo espíritu de remontada.
El resultado hizo más daño a los blancos que el marcador en sí, ya que han destapado conflictos en el vestuario y ha creado una fractura de Mourinho con parte de la afición, que no comparte las decisiones adoptadas por el luso en los partidos ante el eterno rival.
La derrota liguera en el clásico del pasado diciembre quebró la buena racha de los ‘merengues’, pero la ventaja al frente de la clasificación sirvió para paliar el disgusto. Sin embargo, el pasado miércoles, la desilusión y la indignación se apoderó de la gran parte de la grada del Bernabéu, que no comprendió la decisión del entrenador luso de alinear de inicio a dos futbolistas con los que apenas había contado, y al que le falló de nuevo su apuesta por Pepe en el centro del campo.
Pepe, que había formado un tándem infalible junto a Ramos en el eje de la defensa, se desquició de nuevo ante los centrocampistas catalanes, y acabó ofreciendo su peor versión, con actuaciones teatrales y un desagradable pisotón a Leo Messi que ha dado la vuelta al mundo.
El Bernabéu se pronunció el pasado domingo ante el Athletic, donde el equipo sumó una victoria que les mantiene con el colchón de cinco puntos, pero que no parece ser suficiente, no solo porque se le conceda una gran importancia a la Copa, única competición que ha dado alegrías a Mourinho, sino por la sensación amarga de incapacidad para acabar con el dominio de los azulgrana.
Lo sucedido en el último mes ha vuelto a mudar el discurso del técnico, que se había mostrado más amable este otoño, y que, de nuevo, ofreció su versión más lacónica y beligerante, eludiendo hablar de su futuro, del público y, lo más importante a nivel deportivo, del equipo que alineará y de sus aspiraciones de remontada.
Así, ni siquiera hizo pública la convocatoria, ya que la plantilla no viajará hasta hoy mismo, por lo que, a las bajas casi seguras de Khedira o Di María, se unen las dudas sobre Lass, Granero y el propio Pepe, al que alineará si está bien físicamente, para disgusto de los que creen que el zaguero debería recibir un castigo interno.
De esta forma, habrá que esperar hasta última hora para confirmar el equipo titular tanto por las dudas físicas como por las sorpresas que el preparador de Setúbal ha incluido en sus últimas alineaciones, léase Carvalho y Altintop, o Granero y Kaká ante el Atheltic.
Mientras, desde el club se han lanzado pocos mensajes de remontada, ya que el equipo necesita una victoria por, al menos, 0-2. Este marcador se logró en 2002, la última vez que el Real Madrid superó a los azulgrana en una eliminatoria, entonces en las semifinales de la Champions.
Por su parte, el Barcelona quiere hacer bueno el 1-2 de la ida, pero desconfía de los supuestos problemas del adversario, por lo que el vestuario prefiere olvidarse del ‘caso Pepe’ y centrarse en el fútbol, donde han demostrado ser mejores.
Con Afellay, Villa y Fontás totalmente descartados por las lesiones, y con Keita en la Copa de África, Guardiola cuenta con efectivos de sobra para elaborar el once que más le plazca de cara a desactivar las contras de la escuadra de la capital y poder retener el balón, una arma casi infalible ante los blancos, perdidos siempre detrás de jugadores blaugranas.
Por ello, la única presencia segura en el once del de Santpedor es el guardameta José Manuel Pinto, que ayer firmó su renovación por un una temporada más. Casi descartada la defensa de tres, para cubrir los extremos del Real Madrid, falta ver si el entrenador da un nuevo giro de tuerca a su sistema para sorprender o, por contra, apuesta por el más que efectivo 4-3-3 con la distintiva movilidad arriba que evita que la defensa contraria esté cómodamente asentada y fijada.
