Un acuerdo precipitado, sin consenso y que desoye la opinión de muchos comerciantes, empresarios y profesionales afectados. Es el argumento esgrimido por el máximo representante de la patronal segoviana, el presidente de la FES y de la Cámara de Comercio, Pedro Palomo, para expresar el “malestar” por la aprobación por parte del pleno del cambio de nombre de varias calles, particularmente el de la Avenida de Fernández Ladreda, en aplicación de la Ley de Memoria Histórica.
Palomo opta por la prudencia y habla de ‘un gran malestar’, aunque, lo cierto, es que lo sucedido en el último pleno ha causado profunda indignación en numerosos empresarios y profesionales de la Avenida de Fernández Ladreda. Los empresarios se sienten especialmente decepcionados con el PP, que, ante la postura del concejal no adscrito, Javier Arranz, perdió dos oportunidades en el pleno de tumbar la propuesta de PSOE e IU debido a la ausencia en el hemiciclo de uno de sus concejales, José Antonio Garvía, de viaje en Suiza. Pero la patronal también está profundamente decepcionada con el Gobierno municipal, dado que, en su opinión, ha despreciado la opinión recogida en las más de 200 firmas de comerciantes, despachos profesionales y propietarios de negocios, en contra del cambio de nombre para la Avenida de Fernández Ladreda.
Palomo, en declaraciones, ayer, a EL ADELANTADO, admitió que la aprobación de la propuesta ha caído como un jarro de agua fría entre el empresariado, al entender que el cambio de ‘placa’ en Fernández Ladreda —pasará a denominarse como Avenida del Acueducto— provocará ‘evidentes perjuicios’.
A juicio del también presidente de la Cámara de Comercio, ha sido una decisión “precipitada” y adoptada “sin consenso”. “Estamos, como no puede ser de otra forma, a favor de que se respeten y cumplan las leyes, pero aquí parece que se ha hecho con un criterio interpretativo que no se ajusta a la realidad (…) tenemos bastantes dudas de que sea aplicable a este caso o no”, afirmó Palomo, en referencia a la avenida peatonal.
Palomo opina que “lo primero” que tendría que haber hecho el Ayuntamiento es haber consultado a vecinos y empresarios para intentar alcanzar un consenso; teniendo en cuenta, además, según reiteró, que “aunque hay que cumplir la ley, quizá el momento actual no es el más adecuado, cuando empieza la recuperación económica, y este cambio solo produce inconveniente enorme a las empresas y a los ciudadanos”.
El presidente de la FES aclaró que su postura está “al margen de cualquier debate ideológico”, tarea que encomendó a las fuerzas políticas, y subrayó que la oposición empresarial solo obedece a los ‘perjuicios’ que la medida provocará en los negocios de la avenida.
Bastante perplejidad
Palomo confesó que lo ocurrido en el último pleno, tanto por la postura del PP como por la actitud de la alcaldesa, Clara Luquero, que no dudó en utilizar su voto de calidad para sacar adelante la propuesta, le había producido “bastante perplejidad”. “Los partidos políticos tienen sus objetivos, allá con sus estrategias, cómo lo hacen o no, pero creo que este tipo de cambios, como cuando por ejemplo se concede el título de hijo predilecto o la medalla de oro de la ciudad, creo que precisan unanimidad o, por lo menos, un gran consenso”, añadió el presidente de la FES.
A este respecto, Palomo resaltó que el hecho de que Luquero tuviera que utilizar el voto de calidad (para deshacer el empate en la votación, de los 12 votos de PSOE e IU frente a los 12 del PP y Arranz) “para sacar adelante un tema de esta envergadura, demuestra que el asunto no está tan claro”.
Preguntado sobre si los empresarios estaban ya “resignados” al cambio de placa en la avenida (que se deberá producir antes de tres meses), Palomo respondió que aún no se habia adoptado una decisión al respecto, aunque admitió que hasta la sede de la FES se habían dirigido algunas personas para reclamar la adopción de alguna medida. “Quizá les corresponda más a los partidos enmendar este tipo de cosas”, añadió el empresario.
