Pasó por todos los estados posibles el Caja Segovia en la siempre complicada cancha lucense. Los de Jesús Velasco firmaron un primer periodo espléndido, donde supieron atajar bien las intentonas atacantes del quinteto gallego para romper a su adversario tras el ecuador de este primer acto, con tres goles casi consecutivos y sin respuesta.
El 0-3 del intermedio parecía pintar un panorama idílico, pero la salida del Azkar en el segundo acto resultó fulgurante, con dos goles en tres minutos que anticipaban sufrimientos. No supieron culminar la remontada los locales, y un Caja que supo sufrir y agarrarse a la pista y al marcador con un admirable agonismo se mantiene en la cima de la clasificación después de una victoria con sabor dulce.
Hubo mucha igualdad en los primeros minutos de la primera parte. Los dos equipos querían plasmar sobre la pista sus buenas sensaciones en estos primeros compases de la temporada, viéndose un juego ameno y entretenido. Controlaban algo más los locales, que disfrutaban de las primeras oportunidades de gol en las botas de Genaro y de Matamoros.
Aún así, el desarrollo del encuentro se vería muy condicionado por las faltas señaladas a Azkar Lugo. La quinta llegaba apenas a los ocho minutos, lo que obligó a los gallegos a bajar mucho el pistón a la hora de presionar la salida de balón y las combinaciones de los segovianos.
Pero el partido se rompía del todo con la sexta falta a favor de los segovianos, un doble penalti a los doce minutos que, lanzada por Sergio Lozano, suponía el primer gol del encuentro.
Y es que Azkar notó muchísimo el gol recibido. No podía defender demasiado fuerte el cuadro local, pendiente de no cometer más faltas. Caja Segovia aguantaba bien en defensa las embestidas locales cuando la posesión era lucense, y el cuadro visitante supo esperar y aprovechar los errores en la defensa del Azkar. Así, a los 16 minutos, Esquerdinha sacaba petróleo de uno de ellos, haciendo el cero a dos.
De nuevo muy tocado, el Azkar lo pagó caro por la vía rápida. Sacaron de centro, perdieron el esférico, descoordinación defensiva local y, de nuevo, Esquerdinha enviaba el balón fondo de las mallas.
En un abrir y cerrar de ojos, un marcador de cero a tres a favor de los segovianos que incluso pudo ser más amplio, como en una cesión peligrosa del jugador local Rafa López que tocó en el palo. Mucha pegada en los segovianos, que se iban al intermedio con ese concluyente cero a tres.
La segunda mitad, para desgracia segoviana, resultaría diametralmente distinta. El Azkar Lugo salía mucho mejor, más agresivo y con la defensa mas adelantada, metiendo más el cuerpo, pero vigilando las faltas cometidas y sin dejar jugar a los castellanos como en la primera parte.
Así, apenas a los dos minutos, Matamoros encendía al Municipal con el uno a tres, y las gradas literalmente ardían cuando al minuto siguiente, con los gallegos crecidos y los cajistas encogidos, era Miguel el que reducía las ventajas visitantes al mínimo superando a un Cidao que ya no sabía a quien encomendarse.
Pero supieron sufrir los castellanos a la hora de defender esa distancia. El Caja Segovia estaba sólido atrás y buscaba los contragolpes como arma de ataque en pos de una posible sentencia. En los últimos tres minutos de la contienda, Miguel se ubicaba en los lucenses como portero-jugador.
Matamoros y Genaro dispusieron de las mejores ocasiones locales en pos del tres a tres, pero marraron. Caja Segovia acusó el hecho de tener un día de descanso menos y el agravante de un viaje tan largo.
Además, para empeorar el panorama se vieron algunos roces feos en el segundo periodo, con quejas en el público.
Pero, al final, el dos a tres ya no se movió. Primera parte para Segovia y segunda para Lugo, pero este Caja sigue lanzado y supo anotar un tanto más que su rival.
