Ya lo dijo Guardiola a la conclusión del partido ante el Oporto. Finales tan plácidas como la de la última Champions en Wembley ante el Manchester United son una ‘rara avis’ en el fútbol actual.
La del pasado viernes en Mónaco no fue precisamente un paseo para el Barça, pero no importa, porque este equipo ha hecho del triunfo su rutina y de levantar copas una buena costumbre.
Lo mismo lo hace arrasando desde el primer minuto que sufriendo ante un rival físicamente superior, ofreciendo un hermoso espectáculo como el de Londres o recurriendo a su efectividad para resolver partidos de mayor exigencia como frente al Oporto o los dos de la última Supercopa de España.
En estos últimos tres años, el Barcelona ha levantado nada menos que 12 títulos, lo que da una media de cuatro por temporada. «Una barbaridad, algo impensable en el fútbol actual», según indicó el técnico ‘culé’. Comandados por Messi, los catalanes solo han dejado escapar en las últimas cuatro temporadas dos Copas del Rey y una Liga de Campeones.
El Oporto, como ya hiciera el Real Madrid, salió a por todas desde el inicio, asfixió al Barça e intentó sembrar la zozobra. También lo hizo el Manchester en las dos últimas finales de Champions, o el Athletic en la pugna por la Copa del Rey de hace dos años.
El intento siempre acaba siendo fallido y el desenlace el mismo: el conjunto jamás se descompone, aguanta el tipo, espera a que aparezca en el adversario una mezcla de desesperación, cansancio y ansiedad por no conseguir su propósito y entonces se pone al mando de las operaciones.
El caso es que, lejos de dejarse ir, el ‘Pep Team’ versión 4.0 ha arrancado el curso ganando las dos Supercopas, y antes de que acabe el año podría lograr el tercer título si conquista el Mundialito.
Entonces estaría en disposición de repetir el seis de seis que logró hace dos campañas. Algo que ningún equipo había conseguido antes y que la voracidad de los azulgrana ha convertido en factible de nuevo.
De momento, el Barcelona ya no necesita jugar bien para ganar títulos. Y eso, lejos de hacerle más vulnerable lo hace aún más temible, porque tiene la inercia del campeón.
Además, dispone para lograrlo de la mejor plantilla de la era Guardiola, pues al grupo de la temporada pasada se añaden ahora tres nuevas piezas, Cesc, Alexis y Thiago, este último ya como miembro de pleno derecho, cuya trascendencia en el juego del equipo puede ayudar a mantener el nivel de excelencia.
