El Barcelona consiguió ayer ser el primer finalista de esta Liga de Campeones al imponerse en el global de la semifinal a un Real Madrid que no llegó a inquietar a los catalanes ni se acercó siquiera con peligro al área de Valdés, excepto en el gol, mientras que el bloque azulgrana volvió a dar una lección con su fútbol de toque.
La primera parte sí que empezó con un Real Madrid con las líneas más estiradas que en anteriores clásicos, donde el cerrojo en forma de trivote diseñado por Mourinho anuló las armas ofensivas de su equipo. Pero ayer salieron al ataque, a probar fortuna.
Para contrarrestar, el arma preferida del rival. En cuanto el Barça se hizo con el control del balón hizo lo propio con el partido. Se acabó la incertidumbre en el área de Valdés, que muy atento atajó los balones largos hacia su portería, y los arquitectos ‘culés’ empezaron a hacer disfrutar a los más de 95.000 espectadores.
La primera ocasión blaugrana fue floja, pero el peligro creció a la par de la intensidad de juego. Con Pedro y Villa bien abiertos, y Messi con plena libertad para crear, finalizar y cortar el juego rival a su antojo, la esencia de los de Guardiola afloró y homenajearon al fútbol con cinco minutos largos en los que tuvo el gol en varias ocasiones.
Casillas, que se gana la beatificación casi a diario, evitó que el Barça sentenciará el duelo. Messi en tres ocasiones, Pedro y Villa pusieron a prueba al de Móstoles, que respondió tan bien como acostumbra. Solo él pudo detener al equipo azulgrana en su camino a Wembley en unos 45 minutos que fueron los de mejor fútbol en el global de los cuatro clásicos que se han disputado en 18 días.
Ya en la reanudación, el Madrid volvió a dar un paso adelante. De hecho, ya con la jugada anulada, Higuaín batió a Valdés, pero De Bleeckere entendió que, en su caída, Cristiano Ronaldo derribó a Mascherano. Fue una segunda parte más loca y en la que el cuadro blanco estuvo más cómodo, aunque nunca sin apretar como se podía esperar.
Así, el Barça se propuso cerrar la eliminatoria y fue a por ello. Pocos minutos hicieron falta para que Pedro lo consiguiera, rematando con temple tras una brillante asistencia entre líneas del mago de Fuentealbilla.
El Camp Nou explotó, pero 10 minutos después volvió a frenar la euforia cuando el cuadro ‘merengue’ decidió dar un poco de emoción a la contienda. Primero Di María asustó a la parroquia blaugrana enviando el balón al palo y, en su propio rebote, asistió a Marcelo para que marcara a placer.
Pero se quedó así la reacción blanca, ya que el conjunto local volvió a marear al rival y a buscar la portería de Casillas. No tuvo más ocasiones el Real Madrid, impotente, y los ‘cules’ se hicieron con el partido, se aferró al billete para Wembley. La fiesta en el Camp Nou se cerró cuando Eric Abidal regresó a donde más le gusta estar tras someterse a una extirpación de un tumor en el hígado.
El Barcelona estará el próximo 28 de mayo en Londres, donde Manchester United o Schalke esperan estar consiguiendo el billete esta noche.
