Barcelona y Espanyol empataron ayer (1-1) en el partido que cerró la decimoctava jornada de la Liga en el estadio de Cornellá-El Prat, donde los de Guardiola se adelantaron temprano gracias al gol de Cesc Fábregas, pero sin embargo no supieron imponerse a un correoso Espanyol, que aguantó y terminó firmando el empate en el minuto 86, obra de Álvaro Vázquez.
Los de Guardiola, que recuperaron a Andrés Iniesta en el once titular, se llevan solo un punto de casa de su vecino, lo cual les deja a 5 del líder Real Madrid.
Los locales salieron con la idea clara de no sufrir el varapalo de la pasada temporada (1-5). Bien organizado atrás, los blanquiazules buscaron la contra como mayor arma, estrategia a la que solo le faltó el vital premio del gol. Por su parte, el Barcelona, con Alves como extremo derecho, se dedicó a buscar los huecos en la poblada defensa ‘perica’.
La posición del brasileño no acabó de ayudar en la rapidez del juego ofensivo visitante, aunque de sus botas salió el centro del gol de Fábregas en el minuto 16. Además, el argentino Leo Messi, que hoy puede recibir su tercer Balón de Oro, tardó en coger el ritmo del partido al igual que un voluntarioso Alexis Sánchez, a quien parecía haberle pasado factura la falta de ritmo en sus pases y disparos a puerta.
Así, la primera gran ocasión fue para los blanquiazules. En un buen contragolpe, Sergio García subió bien por la banda izquierda y puso un centro templadito a la cabeza de Verdú en el segundo palo. Cuando los aficionados de Cornellá-El Prat cantaban el gol, apareció Víctor Valdés para salvar a los suyos, y después Piqué, para hacer lo mismo ante el remate posterior del propio Verdú.
La doble ocasión de los de Pochettino en el minuto seis hizo recular a los blaugranas, curiosamente de negro, que habían visto claro la intención de su rival. Mientras que el Barça maduraba la jugada, el Espanyol esperaba robar el balón para correr y buscar a Sergio García, el más activo en la primera parte, o Thievy.
Aun así, la tranquilidad de los de Guardiola, un Iniesta inspirado y un Messi todavía inédito, hacían prever un partido largo para los locales. Además, el Barcelona encontraba relativamente fácil los huecos, sobre todo Alexis por la banda izquierda, aunque no con acierto. El ex del Udinese tuvo dos mano a mano con Cristian Álvarez.
Sin embargo, a continuación, en el minuto 16, Xavi optó por la banda derecha. Ahí, Alves se acomodó la pelota para centrar con precisión a Cesc, que abríó la lata en lo que suponía el gol 100 de los ‘culés’ en esta temporada.
A pesar del tanto, el Espanyol siguió fiel a su idea inicial y el Barcelona también, sin embargo ambas defensas querían su parte de protagonismo. Abidal se tiró al suelo en el minuto 24 para evitar el gol de Thievy, y Puyol y Piqué cortaron con contundencia las veloces contras de su rival.
Cuando el Espanyol lograba escapar de la primera línea de presión de los de Guardiola, el peligro era evidente. La calidad en la conducción y la lección aprendida en los duelos contra el Barça se dejaba sentir. Verdú, Thievy y Sergio García gozaron de varias ocasiones para poner el empate. De esta forma, Puyol tuvo también que ir al suelo para evitar el gol, en este caso de Sergio García. Aun así, la última oportunidad de gol fue para Fábregas, que disparó al poste tras una combinación con Iniesta.
El derbi catalán llegaba abierto al descanso y en la segunda parte el guión fue el mismo. El Espanyol buscó hacer daño al Barcelona con unas contras que llegaban pero carecían de pegada. Por su parte, el conjunto azulgrana echó en falta la colaboración de Messi, muy ausente durante todo el duelo.
Los locales aprovecharon ese ligero conformismo de sus vecinos y crearon ocasiones de cierto peligro aunque no llegaron a convertirse. Verdú tuvo la primera tras una gran triangulación por la banda izquierda, pero después el partido careció de llegadas claras por parte de ambos equipos.
El técnico del Barça optó por dar entrada a Pedro en lugar de Alexis y dar así más agilidad y rapidez al ataque. El canario cumplió con su tarea y destaco desde la primera jugada. De hecho en el segundo desborde del canario, el pase de la muerte lo estrellaba Messi al palo. Pero el gol no llegó, y la situación se volvía peligrosa.
Estaba en juego mucho y el Barça recibió el castigo de no cerrar el encuentro. En el minuto 86 Vázquez remató a gol (1-1) un centro desde la derecha que peinaba Thievy. El Espanyol sacó tajada de la falta de ambición visitante, que despertó a continuación. Los de Guardiola se fueron arriba contrarreloj pero sin fortuna. Una mano de Raúl evitó el gol de Pedro, pero el propio Raúl pudo poner el 2-1 en la última del partido.
