El Barcelona consiguió ayer una importante victoria que le permite empezar bien la serie de semifinal contra Unicaja, un equipo que demostró su mejoría y llegó a dominar el partido pero que, al final, sucumbió ante la magia y entrega de un bloque liderado por Mickeal, Morris y Navarro.
Tras el 2-0 inicial, el cuadro andaluz cogió la iniciativa corriendo al contraataque y sin alargar sus posesiones. No era lo esperado, y quizá por ello funcionó. Tiros bien lanzados auparon al bloque andaluz a la primera diferencia (2-6), salvada por un Mickeal que estuvo genial en todo el partido.
Se mantuvo arriba el Barcelona hasta que los malagueños imitaron a Pascual en el uso de una defensa en zona 2-3, justo cuando estaban ya lejos en el marcador (21-13). Este cambio, junto a la entrada del norteamericano Dowdell dieron un nuevo giro al partido y a falta de un minuto para el final de un primer cuarto llegó la segunda ventaja visitante. Dowdell, sobre la bocina, cerró un parcial de 0-11 en el que Unicaja jugó, quizá, sus mejores minutos de la temporada.
Con muy poco acierto en la escuadra catalana, casi nulo desde el triple, los de Aíto vieron la luz y se ciñeron al sistema que tan bien les iba. Pero Mickeal, el salvador blaugrana, y ayudado por el Navarro de las grandes citas, mantuvieron el marcador apretado, favorable a los andaluces, hasta el descanso, al que se llegó 44-48.
Pascual tuvo una buena charla con sus hombres en el vestuario, ya que de lo contrario no se entiende la reacción tras el descanso. En los primeros 20 minutos, el Barça estuvo mal en el cierre del rebote, lo que permitió muchas segundas opciones para Unicaja. Además, los ‘culés’ no encontraban ideas en ataque con la facilidad que acostumbran a hacerlo.
Sin embargo, para no quedar mal en las comparaciones entre norteamericanos, Morris se sumó a la fiesta particular del ‘pescador’ y entre ambos dieron un vuelco al marcador que el ‘11’ azulgrana apostilló a base de triples y ‘bombas’.
Buena defensa
El bloque local subió la intensidad defensiva, recuperando su estilo, y con él se pusieron ocho arriba (60-52) tirados por un Navarro enchufado.
Cómodos atrás, poniendo manos donde antes había espacios, cogiendo rebotes que antes capturaban los malagueños, el Barça no tuvo reparos en dejar salir de la jaula al espectáculo. La mejor versión de Ricky y Morris provocaron el delirio en el Palau.
35 puntos en un cuarto son muchos, y el mejor Unicaja de la temporada no les pudo hacer frente. Sin embargo, recortando poco a poco, se pusieron a cinco puntos (83-78) a 5:34 para el final. Pascual reaccionó con un toque de atención a los suyos, que volvieron a coger una buena renta (90-80), siendo Morris el artífice de ello en ambas canastas, que acabó en una aparente plácida victoria.
