El FC Barcelona Lassa arrolló al Pinar Karsiyaka Izmir (107-79) para reforzar su liderato al firmar la quinta victoria consecutiva y, sobre todo, logró una sabrosa y contundente revancha ante los turcos, únicos que han ganado a los azulgrana en lo que va de Fase Regular de la Euroliga, gracias al acierto en el triple, a un ritmo trepidante y a un control total del ritmo del partido que les permitió lograr la matyor marca anotadora de su historia en la competición europea.
De 32 puntos llegó a ganar un Barça insaciable, que no paró en ningún momento de machacar al rival. Quien sabe si por la derrota en Turquía (71-62), si por no tener suficiente con ganar, o por si realmente se lo estaban pasando tan bien que no querían que la fiesta parara, los de Xavi Pascual no levantaron el pie del acelerador en ningún momento.
Y es que desde los triples de Arroyo o Navarro a los mates de Lawal o ‘alley oops’ de Tomic o el propio Lawal, que se fue a los 19 puntos, pasando por las asistencias mágicas del portorriqueño y la intensidad global, la superioridad azulgrana fue incontestable y la fiesta en el Palau Blaugrana, que empezó con el homenaje a Juan Carlos Navarro por sus 1.000 partidos oficiales con la camiseta culé, fue completa y terminó con la ovación a sus jugadores como si hubieran ganado un título.
El Barça vivió claramente de la renta cosechada a base de triples y de no titubear en ningún momento. Como muestra, el triple que clavó Carlos Arroyo nada más empezar el tercer cuarto que comportaba su ‘repóker’ particular, con un 5/5 que acabó siendo un 6/7 para el puertorriqueño desde la larga distancia, mientras que el porcentaje de acierto del equipo blaugrana fue del 48% (12/25) al final, pero llegó a estar por encima del 50%. Todo un salvavidas al que cogerse para consumar la revancha.
Por contra, al Pinar Karsiyaka Izmir le costó mucho calentar las muñecas. Los hombres de Ufuk Sarica empezaron muy fríos pese a que se trajeron una parte de su infierno turco al Palau, que parecía un pequeño Karsiyaka Arena. El Barça, aprovechando su dulce acierto, y liderado por el tiro de Arroyo y un Tomic que no falla esta temporada, se fue en el electrónico para jugar con la comodidad del colchón labrado desde el exterior y aumentarla hasta esos 32 puntos pese a los +28 al final.
Fue fácil cerrar el partido para los azulgrana, fue una rápida consumación de la revancha. El equipo turco, a la que encontró algo de acierto, se aferró al Barça para no irse en el marcador pese a que hizo la goma y ésta acabó rompiéndose con estruendo, como un muñeco roto. La máxima del Barça iba siendo de +13 hasta que un triple de Navarro, que ya disputó su partido oficial número 1.001, y un ‘alley oop’ de Tomic con asistencia del capitán pusieron el 63-47 (+16) a falta de poco más de 5 minutos para el final del tercer cuarto.
Ahí se rompió el partido del todo. El Barça se autoimpulsó y el equipo turco, cansado de ir a remolque y con menos rotaciones de nivel, alejado del ambiente que le da una sexta marcha, se hundió. Ni el aliento de su masivamente desplazada afición pudieron igualar una balanza claramente decantada a favor del Barça. Los de Pascual se iban, disfrutaban, gozaban ya sabedores de que abrían la segunda vuelta con victoria, liderato reforzado y más cerca del Top 16.
