El Regal Barcelona acabó ayer con su ‘bestia negra’ en el Martín Carpena, después de su maldición en las últimas siete visitas a esta cancha, y batió al Unicaja en un partido con muchos errores y un tanteo bajo.
Se enfrentaban los únicos invictos hasta ahora en la Euroliga, y fueron los catalanes los que supieron mostrar su superioridad en el juego interior y exterior.
En la ACB, los anfitriones, con solo tres triunfos, recibían a una escuadra azulgrana que inició la jornada en la segunda plaza, con ocho éxitos y un único revés.
Los pupilos de Xavi Pascual habían firmado unas estadísticas demoledoras -mejor ataque, defensa más brillante y mayor número de mates, asistencias, triples y valoración-, y siguieron con su racha.
El técnico de los de Málaga, Aíto García Reneses, sorprendió con la inclusión en el quinteto inicial del pívot Guillem Rubio, que no había participado en los últimos encuentros.
El comienzo del compromiso fue desdibujado, y llevó al Barcelona a conseguir una diferencia de 2-8 en el minuto 3.
No obstante, y a medida que transcurría el tiempo, la defensa, el gran recurso de los andaluces, empezó a funcionar, y provocó la remontada (9-8).
Los de la Ciudad Condal, liderados por el escolta Juan Carlos Navarro, volvieron a colocarse por delante al superar en el rebote a los adversarios y al estar más acertados en el tiro exterior.
El conjunto visitante se situó con un peligroso 21-30 en el minuto 17, pero a partir de ahí, se estancó. Cometió fallos de los que se benefició Unicaja, que rubricó un parcial de 6-0 y se metió de lleno en la contienda.
El tercer período fue el más flojo por parte de los dos equipos. Se vieron numerosos errores, defensas férreas e igualdad.
El Barça, quizá excesivamente relajado, vio entonces que su mejor opción para desequilibrar la balanza se basaba en el juego interior. Por ello, envió una y otra vez el balón al pívot senegalés Boniface N’Dong, quien ayudó para conseguir un 0-8 que dejó el marcador en 30-38 en el minuto 24.
Con respecto a Unicaja, sufría problemas, pero no dio por perdida ninguna pelota, y la defensa le mantuvo ‘vivo’ (37-40).
Los últimos 10 minutos de la contienda resultaron muy emocionantes, pues se contempló un intenso intercambio de canastas (46-47, minuto 33).
La ilusión local por lograr el triunfo, eso sí, desapareció cuando el Barcelona pisó el acelerador.
