Una cuestión de efectivos, de acumulación de esfuerzos o de puntería. Perdida la final de la Copa del Rey, con la Liga bien encarada, la Champions deshará el empate entre el Barcelona y el Real Madrid, aunque antes del momento decisivo los de Pep Guardiola necesitan con urgencia rearmarse, física y anímicamente.
Después de una primera parte en el que el Barça fue desarbolado por la contundencia física del rival y un segundo tiempo en el que los azulgrana lucieron su fútbol de toque, al equipo catalán le faltaron alternativas al ahogo físico al que le sometió el cuadro de Mourinho.
De una campaña a otra, Guardiola ha perdido en su muestrario de futbolistas a jugadores más físicos, capaces de darle otro aire al bloque cuando las exigencias obligan a abandonar, aunque sea momentáneamente, el juego de toque. Sin Touré Yaya, el equipo ha perdido presencia física en la medular, sin Ibrahimovic, poder en el juego aéreo. Al final, el técnico no tiene tantas alternativas y todo se complica un poco más cuando aumenta el número de partidos en el debe de cada uno.
Se puede tratar de un problema de acumulación de minutos y de efectivos, de acertar en la escasa rotación de una plantilla corta de efectivos, escasa debido a que es casi imposible contratar a futbolistas con una calidad similar a la de Messi, Iniesta o Xavi.
Con vistas a los próximos choques, el Barça necesita recuperar la velocidad en su juego, pero sobre todo el gol. Por primera vez en 25 partidos, los azulgrana se quedaron sin marcar, un dato que ejemplifica Villa, que no ha anotado en los últimos 11 encuentros.
Leo Messi al margen, el argentino suma 49 tantos esta temporada, los azulgrana han bajado su promedio en las últimas semanas, en las que, salvo la goleada contra el Shakhtar (5-1), acumula unas cuantas victorias por la mínima.
Llega la hora de la verdad, en una semana se producirá el desempate. La Champions dictará sentencia. Con la Liga casi sentenciada y la Copa propiedad del Madrid, unos u otros pueden darle la estocada definitiva al rival.
El miércoles se vivirá el penúltimo capítulo en el Bernabéu, la resolución, seguramente, el 3 de mayo en el Camp Nou. Dos partidos de fútbol, dos estilos, dos maneras de entender el juego, dos entrenadores antagónicos: ¿Pep o Mou? ¿Barça o Madrid?
Por otro lado, el lateral Adriano, que se lesionó durante la final de la Copa del Rey, sufre una rotura fibrilar en el abductor que le mantendrá un mes de baja.
Su ausencia dejará a Guardiola con una sola alternativa para el lateral izquierdo, posición en la que únicamente dispone de Maxwell, puesto que Abidal sigue de baja.
Las declaraciones:
Dani Alvés: «El fútbol a veces es muy cabroncete». El vestuario del Barça no escondió su tristeza por perder la final de Copa ante el eterno rival, pero se mostró convencido de que levantarán el vuelo. Dani Alves felicitó al Real Madrid e intentó levantar los ánimos de sus compañeros. «Cada uno plantea los partidos como quiere. Nosotros no vamos a cambiar. El fútbol te da nuevas oportunidades y esperemos que la próxima sea nuestra. Es duro porque las sensaciones eran súper positivas, pero no pudo ser y hay que seguir. Esto es el fútbol y a veces es muy cabroncete».
Andoni Zubizarreta: «Hay que poner los cinco sentidos ante Osasuna». El director deportivo del Barcelona, Andoni Zubizarreta, dejó claro que el objetivo inmediato del equipo es vencer a Osasuna, un triunfo que dejaría a los de Guardiola a un paso de la Liga, competición en la que aventaja en ocho puntos al Real Madrid. «Tenemos que rearmarnos, organizarnos, recuperarnos y poner los cinco sentidos en Osasuna», manifestó. El dirigente defendió el juego del equipo en la final copera. «Fuimos fieles a nuestro estilo y tuvimos nuestras opciones. Quisimos jugar y atacar como nos gusta».
Carles Villarubí: «Tirar la Copa puede ser signo de mala suerte». El vicepresidente de relaciones institucionales del Barcelona, Carles Villarrubí, se mostró ayer satisfecho con el juego realizado por el equipo de Guardiola y aseguró que la plantilla buscó la victoria en todo momento en la final de la Copa del Rey. «Estamos bien de ánimos. Es una mala noticia, pero estamos muy satisfechos del comportamiento de los jugadores y de la afición. Ahora más que nunca tenemos el reto de recuperarnos anímicamente. Que la Copa se haya roto puede que sea un signo de mala suerte, no lo sé», concluyó
