Los empresarios de hostelería tendrán menos obstáculos para abrir nuevos restaurantes, bares y pubs en la ciudad. Al lado de un bar de copas, podrá abrirse otro, al desaparecer la limitación de una distancia mínima entre establecimientos dedicados a la venta y consumo inmediato de bebidas alcohólicas. Pese a los votos en contra de la oposición, PP e IU, el Gobierno municipal socialista logró un acuerdo de pleno para suprimir de la Ordenanza de Venta y Consumo de Bebidas Alcohólicas la obligación de que exista una distancia de 25 metros entre establecimientos que vendan alcohol. El argumento esgrimido por el PSOE es que la normativa autonómica ha eliminado las restricciones en este sentido. El PP justificó su rechazo en que la medida supone, a juicio de los populares, «potenciar» el consumo de alcohol en la ciudad, un extremo que va en contra de la filosofía de la propia normativa, encaminada a prevenir la ingesta abusiva de bebidas alcohólicas, sobre todo entre los jóvenes y menores.
El concejal de Servicios Sociales, Andrés Torquemada (PSOE), explicó que en abril ya se aprobó, de forma inicial, esta eliminación de la distancia mínima de 25 metros para la concesión de nuevas licencias, un acuerdo que, desde ayer, ya es definitivo. Indicó que la Junta de Castilla y León, en la normativa regional, ha eliminado esta restricción, por lo que el Ayuntamiento de Segovia «no va a ser más restrictivo de lo que establece la ley».
A la modificación de la Ordenanza se presentaron seis alegaciones, dos por particulares y otras cuatro por diferentes colectivos: la Asociación de Vecinos del Recinto Amurallado (Avras), Cáritas Diocesana, «Segovia Cívica» y la Fundación Anar. En todos los casos, los alegantes apostaban por mantener la distancia mínima y advertían que su supresión vulneraba la protección a la salud.
«Eliminar esta distancia mínima no implica que el Ayuntamiento se vaya a desentender de la problemática que supone el ruido cuando existen concentraciones de este tipo establecimientos», señaló Torquemada, después de indicar que las seis alegaciones iban a ser rechazadas por los socialistas. El concejal recalcó que el Ayuntamiento, en virtud de la Ley del Ruido, podrá declarar «zonas acústicamente saturadas» y denegar en estos espacios las licencias para la apertura de nuevos negocios. Asimismo, recordó que el Ayuntamiento, con la colaboración de diferentes asociaciones y entidades, tiene en marcha diferentes programas de prevención y sensibilización encaminados a impedir el consumo de alcohol entre menores y a disuadir de las ingestas abusivas a los mayores de edad.
paradójico «No nos convence», replicó la concejala del PP, Azucena Suárez, quien señaló que era «paradójico» que la ordenanza municipal diera prioridad a las políticas preventivas y, al mismo tiempo, con esta medida el Ayuntamiento facilitara la proliferación de bares de copas. Tras indicar que las alegaciones «están cargadas de sentido común», Suárez indicó que «es muy cómodo ponerse detrás del escudo de la Junta y ceder a las presiones externas [de los hosteleros] y actuar de espaldas a los ciudadanos». Suárez llegó a apuntar que la supresión de la distancia mínima suponía «potenciar el consumo de alcohol». Con anterioridad había intervenido Peñalosa (IU) que defendió el contenido de las alegaciones y apunto su conformidad con el PP de no eliminar la distancia mínima, aunque «también tienen que recordar que el Gobierno regional del PP es el que ha tomado la medida».
En su respuesta a la concejala del PP, Torquemada recalcó que «el hecho de que haya establecimientos que vendan alcohol no implica que se potencie el consumo, lo que usted hace es demagogia». Por otro lado, el concejal de Servicios Sociales invitó a la concejala del PP que reflexionase sobre el hecho de que ahora habrá más facilidades para empresarios y emprendedores para la apertura de negocios «y eso es una posibilidad de generar empleo, que tanta falta nos hace». También indicó que el número de alegaciones era «mínimo» en comparación con las personas que, según dijo, han acudido al Ayuntamiento a pedir que se suprimiera esta distancia mínima entre bares para concesión de nuevas licencias. «La demagogia es decir que esto va a crear empleo», contestó Suárez, quien señaló que el Ayuntamiento no protege el derecho al descanso que tienen los vecinos. El empate a votos se deshizo gracias al voto de calidad del alcalde. La distancia mínima ya es historia.
