El Gobierno municipal ha agotado su paciencia y, ante el inexplicable silencio del Ministerio de Industria, ha optado por utilizar la ‘hucha’ de las arcas municipales y destinar recursos propios para desbloquear las obras de construcción del denominado Centro de Innovación Empresarial (CIDE), el primer edificio del Círculo de las Artes y la Tecnología (CAT), el espacio de innovación proyectado junto a la carretera de Madrid.
Después de más de tres meses a la espera de una respuesta por parte de la Secretaria de Estado de Telecomunicaciones sobre la fórmula más adecuada para reanudar las obras —paralizadas tras la liquidación de la empresa adjudicataria, Volconsa— el Gobierno municipal ha decidido pasar a la acción. Apremiado por las conclusiones de un informe técnico —que avisa que el parón de los trabajos amenaza el estado de lo ya construído— el equipo de Gobierno aprobó ayer la apertura de un expediente para contratar la ejecución de unas obras urgentes, que, en síntesis, permitirán concluir, en un alto porcentaje, el moderno edificio.
El alcalde, Pedro Arahuetes, insistió ayer en que las obras se paralizaron por causas ajenas al Ayuntamiento y que el Ministerio de Industria sigue sin ofrecer una respuesta, pese a los desesperados requerimientos de los responsables municipales en los últimos meses. Alcaldía solicitó una entrevista al secretario de Estado de Telecomunicaciones, Víctor Calvo Sotelo, sin que, hasta la fecha, haya recibido contestación.
El Ayuntamiento también solicitó por escrito un aplazamiento entre 8 y 12 meses para concluir la construcción del inmueble. La autorización ministerial de esta nueva prórroga era imprescindible para que la Intervención municipal permitiese hacer uso de los 3,8 millones que aún no se han gastado, procedentes del préstamo, por importe de 9,7 millones, que concedió el Ministerio al Ayuntamiento para financiar las obras del CAT.
«Con la callada por respuesta» del Ministerio, en palabras de Arahuetes, el Ayuntamiento no tendrá más remedio que utilizar fondos municipales, de reserva, para reanudar las obras. El alcalde precisó que las arcas municipales destinarán a los trabajos un total de 1.560.776 euros; procedentes de remanentes de tesorería. Gracias a la buena salud de la economía municipal, el Ayuntamiento no deberá endeudarse ni pedir un préstamo a una entidad bancaria para afrontar este gasto, según indicó el alcalde.
Este ‘fondo de reserva’ no puede utilizarse, por ley, para inversiones del presupuesto, aunque sí para atender «situaciones de emergencia», como sería este caso. Como quiera que solo restaría un 9% de la obra, según el Gobierno municipal, con estos trabajos «urgentes», que el Ayuntamiento pretende adjudicar a empresas que fueron subcontratadas por Volconsa, el edificio quedaría casi terminado; si bien su objetivo no es otro que impedir que se deteriore lo ya construído; especialmente la enorme cúpula abovedada en una de las esquinas del inmueble.
Actualmente, esta bóveda, que será una de las señas de identidad del edificio, está sostenida por un gran andamiaje y todo está listo para encofrar. En esta zona las obras no pueden quedar interrumpidas, según el informe de los arquitectos.
El alcalde insistió en que aunque existen 3,8 millones (3.831.000 euros) en una cuenta corriente para el CAT, el Ayuntamiento, sin un nuevo plazo para concluir la obra, que debe fijar el Ministerio, no puede utilizar este dinero. Esta cuenta corriente está bloqueada, una vez cumplido el plazo que se fijo para la terminación de la obra, el pasado 30 de junio. No obstante, liquidadas las cuentas con Volconsa y el Ministerio de Industria —el pleno aprobó las cuentas el pasado 30 de agosto— el Ayuntamiento puede afrontar en solitario la terminación de los trabajos. «Vamos a adelantar este dinero y luego veremos si el Ministerio nos lo reintegra», dijo ayer el alcalde, quien señaló que el secretario de Estado «tendrá que recibirnos sí o sí”.
Con una inversión prevista de 9,8 millones de euros, la construcción de CIDE, supone uno de los proyectos ‘estrella’ de la legislatura y el que, sin embargo, ha sufrido el revés más importante; por causas ajenas al propio Ayuntamiento, promotor de la obra, que se financia con un préstamo, a cero por ciento de interés, concedido por el Ministerio de Industria.
A mediados del pasado mes de junio, las obras de construcción del inmueble, que se encontraba a un 82% de ejecución, quedaron paralizadas tras la liquidación de la empresa adjudicataria Volconsa, que en noviembre de 2011 quedó inmersa en un concurso voluntario de acreedores. Un ‘conflicto societario’ surgido en el seno de la empresa forzó su desaparición, para sorpresa de los representantes municipales, que conocieron su desplome el mismo día que concedían una nueva prórroga para concluir la obra.
Tras la desaparición de Volconsa y el decreto de Alcaldía que ordenó la apertura del expediente para rescindir el contrato con la empresa, el Ayuntamiento de Segovia trabajó a contrarreloj y en varios frentes para dar continuidad a los trabajos de construcción del edificio.
En primer lugar, el Ayuntamiento requirió una ampliación extraordinaria del plazo para concluir la obra. Pese a la indiferencia del Ministerio, el Ayuntamiento no se quedó parado.
El primer paso fue liquidar la obra con Volconsa, para lo que disponía de un plazo de tres meses. Este expediente, que comprueba el ajuste de los pagos a cuenta desembolsados por el Ayuntamiento con el coste real de la obra ejecutada, fue aprobado por el pleno el 30 de agosto. La liquidación supuso un saldo a favor del Ayuntamiento de unos 2.000 euros. Al mismo tiempo, la dirección de obra elaboró un informe sobre las ‘medidas cautelares’ que debía adoptar el Ayuntamiento para evitar el deterioro de lo ya construído. Este informe desvela los trabajos que restan por ejecutar y, entre ellos, los que deben acometer con urgencia y que el Ayuntamiento pretende encargar a las empresas subcontratadas por Volconsa y sus proveedores.
Arahuetes señaló ayer que «ahora lo importante es que se reanuden las obras cuanto antes» y destacó que esta iniciativa municipal permitirá la generación de empleo en el sector de la construcción.