El Ayuntamiento de Segovia ha solicitado al Ministerio de Cultura la cesión de la antigua iglesia de San Pedro de los Picos, situada en la calle Puerta de Santiago; una vez que el departamento que dirige Ángeles González-Sinde ha recuperado el templo, en manos privadas desde hace medio siglo.
La Concejalía de Patrimonio ha remitido una carta al Ministerio en la que le hace saber que, consciente de las gestiones para recuperar el templo, solicita la posible cesión [en uso o en propiedad] del edificio al Ayuntamiento “en el momento que sea posible”, según desveló ayer la concejala Claudia de Santos.
La antigua iglesia de San Pedro, en origen del siglo XII, que tuvo una torre coronada de almenas o picos, de la que solo queda el primer cuerpo, fue cedida en 1961, de forma temporal, al Conde de Melgar, que acondicionó el inmueble, en estado ruinoso, como estudio de pintura y vivienda.
El 8 de julio de 1961, el entonces presidente de la Comisión Provincial de Monumentos Históricos y Artísticos, Luis Felipe de Peñalosa y Contreras, vizconde de altamira de Viveros, suscribió con Francisco Melgar, Conde de Melgar, un acuerdo para la cesión de la iglesia. En concreto, y en presencia del entonces secretario de la Comisión, Mariano Grau, el documento refleja que la Comisión es propietaria del solar, ábside y torre con ruinas adyacentes de la antigua iglesia de San Pedro de los Picos; y que el Conde de Melgar —que era propietario de la finca colindante— solicitaba la cesión temporal del solar y ábside con el objeto de volver a alzar la nave derruida y utilizarla como estudio de pintura.
De Santos explicó que en ese acto se acordó la cesión y custodia de la finca al Conde de Melgar por un plazo de 50 años, un periodo que ha vencido el pasado mes de julio. “Con independencia de los trámites administrativos del Ministerio con los herederos del Conde de Melgar, lo cierto es que la propiedad es indiscutible, y, tal es así, que las llaves ya las tiene el Ministerio, que están depositadas en la Subdelegación del Gobierno”.
De Santos no precisó si la cesión que pide el Ayuntamiento es solamente de uso del inmueble o si se dirige a obtener su propiedad, si bien, según apuntó, el patrimonio monumental municipal “no es tan amplio”, dado que se ciñe a La Alhóndiga, la Casa de Abraham Senneor y, de antiguo uso religioso, la iglesia de San Nicolás, con independencia de el Acueducto y la muralla, que también son de titularidad municipal.
“Creo que la estructura del edificio está bien y que su estado de conservación es aceptable”, dijo De Santos, quien eludió aventurar los futuros usos del inmueble en caso de que pase a manos del Ayuntamiento. “El objetivo es conseguir la cesión (…), hay que pensar a largo plazo, en función del uso, ya se harán obras de adaptación del edificio”, afirmó.
UNA TORRE ÚNICA
Fue una parroquia modesta, aunque protagonista de varios episodios de la historia de esta ciudad, refugio de enfermos de peste y utilizada, tras avanzar en su estado de ruina, como cuadra, hasta que se salvó de su desaparición al ser adquirida por el conde de Melgar y recuperada para estudio y vivienda, según proyecto de Cabello Dodero, en 1961.
La «Enciclopedia del Románica en Castilla y León», (2007) editada por el Centro de Estudios del Románico de la Fundación Santa María La Real, ofrece algunos detalles de la iglesia. «San Pedro ad Vincula», conocida como San Pedro de los Picos por los remates que adornaban su torre, aparece citada por primera vez en el documento de reparto de rentas de 1247, según recoge uno de los coordinadores de la obra, José Manuel Rodríguez Montañés.
La modesta parroquia parece obra de mediados del siglo XII y su devenir nunca llegó engrandecerla, aunque tenía en su torre un elemento destacado, los famosos «picos». La iglesia fue protagonista en los tumultos que vivió la ciudad en época de Enrique IV, cuando el monarca intentó hacerse con las llaves de la iglesia y las del Alcázar. Negándose su tenente Andrés de Cabrera, uno de los paladines del rey organizó tumultos que tuvieron como señal para su comienzo «cinco badajadas en la campana de San Pedro de los Picos». Gracias a la historiadora María Luisa Herrero se sabe también que en 1615 varios albañiles segovianos se ofrecieron al obispo a reparar gratuitamente las cubiertas de la iglesia de San Pedro de los Picos, donde se curaron muchos vecinos afectados por la peste que asoló la ciudad en 1599. Del proyecto y las condiciones se encargó Pedro de Brizuela, aportando el obispo los materiales.
Los famosos «picos» de su torre, hoy desmochada, según indica José Manuel Rodríguez Montañés, fueron reflejados en la vista de la ciudad que dibujó Anton van den Wyngaerde en 1562. Era un curioso remate apiraminado o chapitel central rodeado por cuatro menores en los ángulos. Estuvo San Pedro durante años en ruinas y de hecho así lo describe en 1929 Ildefonso Rodríguez: “Solo se conservan los arcos torales y restos de su ábside; tuvo una alta torre, terminada en picos, desde la que se daban las señales de alarma en las sediciosas luchas de los opuestos bandos segovianos”.
