El Ayuntamiento de Segovia ha realizado recientemente diversas inspecciones, informes y trámites para comprobar el estado de algunos de los edificios de la ciudad, tras lo cual ha ordenado al propietario del inmueble situado en la calle Santa Eulalia, número 7, la ejecución de obras de emergencia —referentes al apuntalamiento, desescombro de las zonas arruinadas y vallado— ante el evidente riesgo que supone su estado actual para la seguridad de personas y bienes.
Asimismo, teniendo en cuenta que se trata de un edificio protegido, el dueño de este inmueble, una vez derribadas las zonas en peligro de desprendimiento, tendrá que reconstruir lo demolido, es decir, deberá restituir los entramados de madera y forjados, su apuntalamiento y/o el refuerzo según los casos el entablado de la cubierta y la colocación de teja vieja a la segoviana, según informaron fuentes municipales; y deberá reparar la parte inferior de la fachada y reforzar los huecos con cruces de San Andrés.
A este respecto, Javier Reguera, alcalde accidental, aseguró ayer que “es una de las primeras actuaciones de la Unidad de Disciplina Urbanística, que ha hecho ya varias actuaciones en pruebas en el último año y medio y es una unidad que va creciendo”.
Añadió que “esta acción concreta se va a centrar en la plaza de Santa Eulalia, que está hecha una auténtica pena, y se ha dado orden de rehabilitación y conservación de la fachada y dos órdenes más para la casa de la familia Buitrago, que presenta un deterioro importante”.
La novedad, señaló Reguera, “es que no solo se va a obligar a la propiedad a las labores de consolidación para impedir su deterioro, sino también a reponer en sus antiguas condiciones y reconstruir el tejado”.
Y es que, dijo, “no vamos a consentir que los edificios se deterioren hasta que al final haya que tirarlos y desaparezca el patrimonio protegido, como ha pasado otras veces en Segovia. Esa es la norma que vamos a seguir de ahora en adelante en edificios protegidos y es algo tan normal como hacer cumplir a los propietarios las labores obligadas de mantenimiento y conservación de los edificios”.
Por último, Reguera explicó que las obras para el edificio de la plaza de Santa Eulalia “tienen un plazo de dos años de ejecución para finalizarlas. Han terminado ya las obras de urgencia y después tienen un año de plazo para la ejecución. Si no se hiciera, entraríamos en un asunto más serio, no solo a través del sistema de sanciones, sino que iniciaríamos acciones judiciales para determinar la responsabilidad del propietario” del inmueble.
Así pues, según explicaron desde el Ayuntamiento, la familia Buitrago deberá realizar los trabajos en dos fases. La primera, ya en ejecución, corresponde a las obras de emergencia para evitar, de forma inmediata, el peligro de caída del alero y el apuntalamiento de los huecos para sujetar los cargaderos.
La segunda se iniciará una vez presentado y aprobado en las Oficinas de Urbanismo el Proyecto de Ejecución para la restitución de la parte demolida por seguridad. La propiedad tendrá dos meses para la presentación del Proyecto de Ejecución y, una vez aprobado, tendrá doce meses para su realización, devolviendo así el edificio a sus condiciones originales.
