El Ayuntamiento ha manifestado, a través de su Concejalía de Patrimonio el descontento y la denuncia con los actos vandálicos que últimamente se están convirtiendo en habituales en la localidad.
Se acusa a los vándalos como los únicos posibles autores de la rotura de los equipos biosaludables instalados en los jardines del paseo de Santa Clara. Estos equipos, utilizados a diario por muchas personas adultas de Cuéllar para realizar ejercicio físico, que les permite mejorar la movilidad, aumentar la flexibilidad y tonificar la musculación de todo el cuerpo, aparecieron la semana pasada en un estado inservible. Esto obliga a su reparación por parte de los servicios municipales.
Desde el Ayuntamiento se lamenta “la falta de civismo de algunos miembros de la comunidad que atacan constantemente los bienes públicos solamente con la intención de destruirlos”.
Aunque estos equipos llevan poco tiempo instalados, las piezas han sufrido desperfectos en acciones anteriores. Esta nueva reparación necesitará algo más de tiempo, si bien se realizará lo antes posible. El coste aún no ha sido establecido por la Oficina Técnica Municipal; al parecer no será demasiado elevado, pero sumado a final de año a la reparación y sustitución de mobiliario, la reposición de plantas, la limpieza de paredes, la renovación de luminarias, y en definitiva, restaurar la acción de estos grupos incívicos “se lleva un buen puñado de euros que son de todos”.
El Ayuntamiento afirma que los vándalos, en sus muchas formas, y “los que les ríen las gracias”, son los causantes de las incómodas imágenes que se ven algunos días en el municipio. Las pintadas en todos los casos desagradables y “con la falsa intención de transmitir un mensaje son también acciones de los vándalos que, bajo el nombre de grafiti, pintan las paredes privadas o públicas causando un daño patrimonial”.
También se denuncia la actividad del botellón; “bajo la apariencia de rebeldía por la falta de ilusiones, se pone de manifiesto la desconsideración con los vecinos y la suciedad que son capaces de dejar en nuestras calles para la mañana siguiente”.
La imagen de las jardineras rotas los domingos al amanecer en las calles más céntricas del municipio se han convertido en una estampa usual para los habitantes. Las pintadas, borradas una y otra vez por los servicios de mantenimiento del Ayuntamiento, y que al poco tiempo vuelven a aparecer, crean también un sentimiento de descontento y decepción social. Es el ejemplo de las escaleras que unen la calle Valladolid con el antiguo cine Ideal, cuyo acondicionamiento no se mantiene apenas.
Desde el Ayuntamiento opinan que el vandalismo “no puede considerarse como una forma de expresión del descontento ni una forma humorística de manifestación”; “es una conducta destructiva y violenta que no respeta la propiedad de los demás”. Esperan que con la ayuda de los vecinos se pueda cambiar esta situación.
La institución y su Equipo de Gobierno muestran así su preocupación por estos hechos.
