El Atlético de Madrid ganó ayer el primer asalto de la semifinal de la Copa del Rey ante el Sevilla con su triunfo (2-1) en un partido lleno de nervios, con tres expulsados y definido con tres penaltis.
La primera parte tuvo un ritmo infernal y siempre mandó el cuadro local, que ahogó con su presión a los centrocampistas visitantes, que no tuvieron más remedio que jugar balones largos, y a menudo imprecisos.
Sin embargo, las ocasiones claras tardaron en llegar y todas se concentraron a partir de la media hora. La primera llegó por mediación de Koke, quien disparó blando cuando tenía todo a favor. Y después perdonó Adrián en un mano a mano con el arquero Beto.
El arranque de la segunda mitad fue enloquecido: dos penales, sendos goles y otras dos expulsiones. Una por bando. A los 49 minutos, Spahic tocó con la mano en el área, vio la roja y Diego Costa adelantó a los ‘colchoneros’.
Pero poco le duró la alegría al conjunto local, que a los 56 minutos sufrió idéntica circunstancia. Godín tocó el cuero con la mano, fue expulsado y Negredo marcó desde los 11 metros.
El Sevilla se sintió más cómodo entonces y el Atlético pasó a sufrir. Pero, a los 71 minutos, el equipo de Simeone gozó de la jugada más repetida del duelo: mano, esta vez de Fernando Navarro, y penalti, aunque en este caso no hubo expulsión. Navarro se iría más tarde. Marcó de nuevo Diego Costa, un tanto muy valioso.
La eliminatoria quedó totalmente abierta y el finalista se decidirá el próximo 28 de febrero en el estadio Sánchez Pizjuán.
